El papa Francisco ha cumplido 80 años y el pintor malagueño Raúl Berzosa ha sido el autor del sello conmemorativo. En esta entrevista, explica el proceso y resultado de su obra.
Primero fueron obras suyas en los libretos de ceremonias vaticanas, luego un retrato entregado a Benedicto XVI, y ahora un sello para conmemorar el 80 cumpleaños del Papa Francisco. ¿Cómo recibió el encargo?
El año pasado, el “Ufficio Filatelico e Numismatico” del Vaticano hizo uso de dos de mis obras para ilustrar el sello del V Centenario del nacimiento de San Felipe Neri y Santa Teresa de Jesús. Hace unos meses recibí la propuesta del mismo Ufficio para realizar una pintura que sería usada como sello conmemorativo de los 80 años del Santo Padre.
Su carrera está repleta de reconocimientos, ¿es uno y muy especial el ver su obra valorada por la Santa Sede?
Por supuesto, no sólo como artista sino como católico es un auténtico honor ver cómo la Santa Sede hace uso de mis obras en distintas publicaciones. Sinceramente, nunca imaginé ver mis pinturas en el Vaticano.
Es la primera vez que retrata a Francisco ¿le ha resultado difícil?
Sí, ha sido la primera vez, pero no me ha resultado especialmente difícil, Francisco tiene rasgos marcados y muy reconocibles, desde las primeras pinceladas ya se intuía de forma bastante clara el retrato del Santo Padre.
¿En qué se ha fijado para inspirarse? ¿Qué le llama más la atención de este Papa?
Lo primero que hice fue ver antecedentes, pues se habían editados sellos conmemorativos de los 80 años de anteriores pontífices, no quería que mi idea repitiese alguna anterior, para retratar al Papa, quería que transmitiese la imagen alegre que la gran mayoría tenemos de él, para eso opté por un perfil con la característica imagen de Francisco saludando con la mano derecha.
De este Papa me admira la capacidad de interactuar con la gente hablando su mismo idioma, llevando a cabo gestos que dicen más que palabras.
¿Qué ha querido plasmar en ese sello?
Para realizar esta pintura quería afinar en la idea; a veces puedo tardar más en saber que quiero pintar que en pintarlo. El centro de la composición de la obra la ocupa el Pontífice. El Santo Padre es elegido Sucesor de Pedro, por eso aparece la Cátedra de Bernini, en la cual encontramos a Jesús eligiendo a san Pedro como su Vicario; también está presenta «Nuestra Señora de Luján», Patrona de la Argentina, señalando así la protección de María sobre él y, como no, su procedencia.
El Papa recibe la inspiración del Espíritu Santo, representado por la luz que irradia de la parte superior de la pintura, que lo ilumina para llevar a cabo el ministerio petrino. Los colores rememoran tanto la bandera argentina, azul y blanco, como los de la bandera vaticana, amarillo y blanco, y el nexo en común es el Santo Padre.
Ana María Medina
