“Vivir sin ataduras” es el título del nuevo documental de Cáritas. Patricio Fuentes, director del centro gerontológico Buen Samaritano de Cáritas diocesana de Málaga, es su guionista.
¿Cómo surgió la idea de hacer este documental?
Surge desde Cáritas Española, donde trabajamos juntas numerosas residencias de toda España. Entre todas vimos que había que abordar una realidad que está pasando en numerosos centros, unos de Cáritas y otros no. Y es que se utilizan con demasiada frecuencia las sujeciones físicas para personas mayores con demencia. En España hay proyectos para poder quitar ese tipo de sujeciones y trabajar de otra manera, más cercana al estilo de Jesús de Nazaret. Con este documental hemos querido dar a conocer nuestra propia experiencia y difundir que se puede hacer.
Al contrario de lo que pudiera creerse, las personas sin sujeción demandan menos atención y no se caen tanto como pudiera pensarse. ¿No es así?
Cuando se usan las sujeciones, no se hace porque seamos malas personas, sino por miedo a que la persona mayor se caiga. Y es verdad que se caen con más frecuencia que las jóvenes, pero, como director del Buen Samaritano, puedo afirmar que hemos tenido menos caídas desde que hemos quitado las sujeciones.
¿Cómo viven las personas a las que se les quitan las ataduras?
Reaparecen, ganan muchísimo en calidad de vida. Lo primero que hace una persona cuando se la sujeta es decir: “¡Quítame esto! ¿Por qué tengo yo que estar así?”, y lucha contra la sujeción. Pero cuando ven que es imposible quitarla, en muchos casos se aíslan, se anulan a sí mismos y su propia vida deja de tener sentido. El hecho de tener demencia hace además que no entiendan qué les está pasando. Es impresionante ver cómo las personas recuperan su dignidad y su bienestar.
¿Supondrá un sobrecoste de personal eliminar las sujeciones?
Pues, al contrario de lo que pueda parecer, no. No hemos aumentado los gastos, ni hemos ampliado el personal porque no podríamos afrontarlo. Sí es verdad que los trabajadores y los voluntarios tienen que estar más alerta y tener mayor imaginación, pero todos lo han asumido como compromiso personal y profesional, porque las personas que trabajan en este tipo de centros se dejan la vida al lado de cada persona mayor, y les dan lo mejor de cada uno de ellos. Todo ha sido posible gracias a ellos.
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Beatriz Lafuente