Discurso de Mons. Jesús Catalá en la presentación de la memoria 2020 de Fundación Cesma-Proyecto Hombre
DISCURSO DEL OBISPO EN LA PRESENTACIÓN DE LA MEMORIA 2020 DE FUNDACIÓN CESMA-PROYECTO HOMBRE
Salón de los Espejos-Ayuntamiento de Málaga
(Málaga, 18 diciembre 2021)
Como introducción, me gustaría desgranar unas cuantas ideas breves: En primer lugar, que está aumentando el consumo de drogas en general y que los consumidores son cada vez más jóvenes; pero la sociedad da menos importancia a este tipo de consumo y prácticamente lo ha normalizado; la droga ya no es un problema, ni una lacra social, como hace 30 o 40 años. Esto es peligroso, porque el problema sigue y aumenta. Hay menos conciencia de la gravedad del problema. Hoy existen otras preocupaciones de tipo ideológico o por las modas de turno; pero en la sociedad este tema apenas aparece.
Pero el problema central no es tan siquiera el hecho de consumir drogas, sino la desestructuración de la persona que llega a sufrir dependencia, según nos explican varios estudios psicológicos. Los mismos que viven esta dura experiencia dicen que “han tocado fondo”. El problema es la persona y Proyecto Hombre lo que trabaja es la reestructuración de esa persona, su regeneración. No se trata tanto de buscar la solución psicológica a un problema de dependencia, sino de reforzar la personalidad y reestructurarla para salir de un estado de dependencia y decaimiento. Por eso es importante la prevención y se está haciendo un gran esfuerzo. Los actores de esta labor de prevención están fundamentalmente en el entorno más cercano: la familia, la escuela, también el barrio.
Pero eso no es suficiente. Se precisa la ayuda de toda la sociedad, para transformar la cultura, la política, los valores… Si los valores van por un sitio, pero las modas y la ideología van por otro, no podemos ayudar a los adolescentes y jóvenes. Entre ellos, cada vez hay más consumidores y cada vez están más desestructurados, porque bastantes de ellos pertenecen a familias desestructuradas. Si las políticas sociales no ayudan a la familia y la sostienen, los hijos seguirán sufriendo las consecuencias. Esto es tan lógico que resulta extraño que los responsables de la sociedad no lo vean.