
El grupo senderista de la Parroquia del Calvario de Marbella que ha hecho en años anteriores el Camino de Santiago por el norte, por el sur y por el este, ha ofertado este año el Camino por Cantabria. Su destino ha sido el monasterio de Santo Toribio de Liébana, muy cerca del municipio de Potes. Sesenta y dos peregrinos con edades de 7 a 88 años, han realizado en cuatro etapas el Camino Lebaniego.
Como afirma el párroco del Calvario, Rafael Rodríguez Sainz de Rozas, «si buscáramos una imagen de este Camino, la encontraríamos en una montaña rusa llena de subidas y bajadas. La cercanía a los Picos de Europa le ha dado a esta ruta un toque montañoso en lo orográfico y en lo emocional».
Saliendo desde San Vicente de la Barquera los peregrinos han recorrido frondosos valles. «Nos hacían pensar que estábamos en Suiza y por allí tratamos de ver a Heidi y a su abuelito –bromea el sacerdote–. Nos hemos adentrado en bosques de hayas, alcornoques, castaños milenarios… y en muchos momentos hemos echado de menos unas escaleras mecánicas».
El momento culmen fue la Misa en el Monasterio de Santo Toribio. Allí se venera el Lignum Crucis que trajo Santo Toribio de Astorga desde Jerusalén en el primer milenio del nacimiento de Nuestro Señor. «Ha sido un duro peregrinar –continúa Rodríguez– que nos ha ayudado a descongestionar nuestra mente y nuestra alma, encontrándonos con el Señor en los peregrinos, en la Eucaristía, en uno mismo y viendo su huella en la naturaleza. Nos sentimos bendecidos por este Camino de Esperanza».

