Carta de Mons. Jesús Catalá Ibáñez La divina Providencia, a través del Sucesor de Pedro, el Santo Padre Benedicto XVI, me ha confiado la solicitud pastoral de la Diócesis de Málaga. A todos vosotros mi saludo de paz en nombre del Señor Jesús.
Queridos fieles:
La divina Providencia, a través del Sucesor de Pedro, el Santo Padre Benedicto XVI, me ha confiado la solicitud pastoral de la Diócesis de Málaga. A todos vosotros mi saludo de paz en nombre del Señor Jesús.
El nombramiento sale a la luz en la fiesta litúrgica de Santo Tomás de Villanueva, insigne profesor y estudiante en la Universidad Cisneriana de Alcalá de Henares, donde resido, y gran pastor de la Archidiócesis de Valencia, mi tierra natal. Pido su intercesión, para que el Señor me haga un santo pastor.
Grande es mi deseo de conoceros personalmente y de “hacer camino juntos”, viviendo la dimensión sinodal de la Iglesia, promoviendo la diversidad de carismas al servicio de la unidad (cf. 1Co 12, 3-4) y compartiendo ilusiones, esperanzas y trabajos por el Reino (cf. 1Ts 2,9). Confío que la caridad, plenitud de la ley, sea nuestra norma de vida (cf. Rm 13,10).
Vengo a vosotros, con ilusión, para serviros. No traigo proyectos pastorales predeterminados. Espero conocer primero la realidad eclesial y social; y será la luz del Evangelio la que iluminará dicha realidad y determinará nuestro trabajo, para discernir y proyectar, asumiendo el actual plan pastoral de la Diócesis.
Con la certeza de que el único Pastor es Jesucristo, a quien le ofrecemos nuestra voz y nuestra vida para ser representación sacramental suya entre los hombres, es mi deseo, en el ejercicio del ministerio episcopal, mantener la plena comunión eclesial, profesando juntos la misma fe católica, compartiendo la esperanza cristiana y ejercitándonos en el amor de Cristo (cf. 1Ts 1,3), para que todos y cada uno, fieles a la propia vocación y misión, podamos construir el Reino de Dios en esta comunidad cristiana malagueña.
A los hermanos de otras iglesias cristianas les brindo mi amistad y mi disponibilidad para trabajar juntos en pro de la unidad. Con los hermanos que profesan otras religiones deseo dialogar, para conocernos mejor y apreciarnos más.
¡Que Santa María de la Victoria, Patrona de la Diócesis malacitana, interceda por todos nosotros, para que seamos fieles a la misión que el Señor nos confía!
Pedimos a los Santos mártires Ciriaco y Paula, Patronos de Málaga, que nos ayuden a ser testigos valientes del Evangelio en esta sociedad necesitada de Dios.
Alcalá de Henares, a 10 de octubre de 2008.
+ Jesús Catalá,
Obispo de Málaga