«En medio de las dificultades de la vida, la Iglesia se acerca a todos para ser sembradora de esperanza».
Queridos fieles:
En respuesta al mandato de Jesucristo, la Iglesia sigue anunciando el Evangelio a todos los hombres y ofreciéndoles la atención espiritual y humana, como expresión del infinito amor de Jesucristo a todo hombre.
En medio de las dificultades de la vida, la Iglesia se acerca a todos para ser sembradora de esperanza. Nos acompaña, como Madre nuestra, en todos los momentos de nuestra existencia, sean alegres o tristes.
En situaciones de mayor crisis económica, como ahora, la ayuda de la Iglesia y su cercanía son de gran esperanza para muchas personas necesitadas. Los católicos tenemos que ser personas dispuestas a escuchar, a acompañar y a ayudar, como expresión de nuestro compromiso creyente.
Pertenecemos a una diócesis, porción del pueblo de Dios, presidida por el obispo, y estamos vinculados a una comunidad cristiana, normalmente parroquial, donde vivimos la fe y somos testigos de la misma. Tanto en la diócesis como en la parroquia experimentamos y celebramos el amor de Dios, que hemos de transmitir a todos los hombres.
Para responder a las necesidades de quienes acuden a la Iglesia, pidiendo ayuda, es necesario disponer de los medios necesarios. La colaboración de los católicos y de los que valoran su labor es indispensable.
Todos somos necesarios y debemos participar en la Iglesia y colaborar económicamente en su sostenimiento. Os animo a colaborar con las necesidades de nuestra diócesis malacitana y a ser generosos. El Señor nos recompensa siempre con creces.
Un fraternal saludo.
+ Jesús Catalá
Obispo de Málaga