Mensaje de D. Jesús Catalá con motivo de la canonización

Mensaje de D. Jesús Catalá, Obispo de Málaga, con motivo de la canonización, el 16 de octubre, de D. Manuel González.

«El Seminario quedó inacabado en algunos aspectos. Y ahora, casi cien años después, me ha tocado a mí, sucesor suyo, rehabilitar su gran obra y ultimarla»

La Diócesis de Málaga está de fiesta por la canonización de nuestro querido D. Manuel González, quien la regentó durante los años 1920-1935, habiendo sido antes Obispo auxiliar (1916-1920); posteriormente estuvo de Obispo en Palencia (1935-1940). Nos alegramos todos y se alegra la Iglesia Universal. Con la beatificación se autoriza su culto en las diócesis de referencia y en las instituciones que creó. Con el paso a la canonización se propone como modelo para la Iglesia Universal.

El papa Benedicto XVI, gran teólogo, marcó la diferencia: las beatificaciones se realizan en el lugar vinculado al Siervo de Dios y donde éste ejerce su patronazgo. En Málaga tenemos el ejemplo reciente de la Beata Madre Carmen del Niño Jesús, fundadora de la Congregación de las Franciscanas de los Sagrados Corazones, en 2007. Las canonizaciones, sin embargo, se hacen en Roma para expresar la catolicidad del santo; y son presididas por el Papa como cabeza de la Iglesia Universal.

La obra, la presencia, la vida y la santidad de D. Manuel González han marcado mucho nuestra Diócesis. En primer lugar, la construcción del Seminario; y, en segundo lugar, su influencia a través de las diversas obras que fundó, como las Misioneras Eucarísticas de Nazaret.

En Andalucía es un santo muy conocido, que ha influido en la promoción del culto a la Eucaristía como centro de la vida, como adoración del Señor y como contemplación de Cristo Sacramentado. El culto eucarístico fue una de las fuertes líneas de su espiritualidad, que le llevó a servir a los pobres.

Otra veta que se desprende del culto eucarístico son los sacerdotes, con quienes trabajó mucho la formación y la espiritualidad sacerdotal. Una de las ideas fundamentales de D. Manuel González es la idea de la oblación: Cristo se ofrece, se dona por amor a la humanidad, y muere en la cruz; por ello todo cristiano, y el sacerdote de modo especial, son invitados a hacer de su vida una oblación a Dios y a los demás.
D. Manuel González, durante su pontificado en Málaga, construyó en los años veinte del siglo pasado, el gran Seminario: edificio emblemático, que ha albergado las distintas generaciones de sacerdotes. Fue hecho con dificultad en una época de penurias, e imagino que encontraría también detractores por construirlo en las afueras de la ciudad. Quería un Seminario al estilo de un cortijo andaluz, blanco, luminoso, amplio y de horizontes abiertos como el mar.

El Seminario quedó inacabado en algunos aspectos. Y ahora, casi cien años después, me ha tocado a mí, sucesor suyo, rehabilitar su gran obra y ultimarla. Hemos hecho una rehabilitación necesaria, porque estaba en condiciones deficientes, tanto de estructura como de fundamentación. Incluso hemos terminado aspectos del proyecto que él había soñado.

Y, cosas de la Providencia divina, la fecha de finalización total de las obras, fue planificada desde hace tiempo para el día 15 de octubre de 2016. Y esa misma fecha ha sido la elegida por el papa Francisco para la canonización de nuestro querido D. Manuel. Esta simbólica coincidencia de la terminación de su Seminario, que me ha tocado hacer como sucesor suyo, me llena de alegría por haber colaborado con D. Manuel en la terminación, ultimación y necesaria rehabilitación que el Seminario requería. Esta obra ha sido un regalo para la Diócesis y un don de la intercesión de Don Manuel González.

Con alegría desbordante nos disponemos, pues, a celebrar en Roma la Canonización de nuestro querido D. Manuel. Posteriormente celebraremos una Eucaristía solemne en la Catedral como acción de gracias, a la que estáis todos invitados.

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