Homilía de Gloria

Reproducimos íntegramente la homilía que ha pronunciado este domingo Mons. Jesús Catalá ante la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Gloria en la Santa Iglesia Catedral.

Lecturas: Ex 17, 8-13; Sal 120; 2 Tm 3, 14-4, 2; Lc 18, 1-8.

(Domingo Ordinario XXIX – C)

1. Las lecturas de este domingo nos ofrecen como punto de reflexión la oración. Cuando el rey Amalec atacó a Israel en Refidín (cf. Ex 17, 8), Moisés pidió a Josué que escogiera unos cuantos hombres, para hacer un contra-ataque, mientras él subía a la cima del monte para rezar (cf. Ex 17, 9). Mientras Moisés oraba a Dios y tenía en alto las manos, vencía Israel; cuando las tenía bajadas, vencía Amalec (cf. Ex 17, 11). En nuestros días ocurre algo parecido. Hay muchos enemigos de la cruz de Cristo, como dice san Pablo: «Porque muchos viven, según os dije tantas veces, y ahora os lo repito con lágrimas, como enemigos de la cruz de Cristo» (Flp 3, 18). Estos tales se parecen al rey Amalec, porque combaten la doctrina de la Iglesia con su ideología anticristiana; porque atacan la actitud de los cristianos, que desean vivir según el Evangelio de Jesucristo; porque golpean las instituciones religiosas, para hacerlas caer. Se caracterizan y se les distingue porque su final es la perdición, su dios es el vientre, y su gloria está en su vergüenza, que no piensan más que en las cosas de la tierra (cf. Flp 3, 19).

2. Pero, al igual que Moisés, los cristianos rezan a Dios con las manos alzadas, suplicando su misericordia por ellos mismos y por sus perseguidores. Necesitamos la oración, para permanecer firmes en la fe, alegres en la esperanza y constantes en el amor (cf. Col 1, 23; Ef 3, 17). Las lecturas de la liturgia de hoy nos invitan a la oración incesante, para vencer las tentaciones del maligno y no sucumbir a los ataques de los enemigos. Jesucristo, que estuvo durante su vida mortal en diálogo permanente con su Padre, es modelo de oración para todos nosotros. La oración constante y habitual es posible y necesaria; para ilustrar su enseñanza de que es necesario orar siempre, Jesús propone la parábola el juez inicuo (cf. Lc 18, 1-8), a quien importuna una viuda y al final, para quitársela de encima, atiende sus ruegos y le hace justicia. La oración sólo es posible desde la experiencia profunda de Dios, desde el encuentro personal con él, desde el gozo de sentirse amados, desde el diálogo filial con Dios-Padre, unidos a su Hijo Jesucristoy en comunión del Espíritu Santo. Por eso recuerda Pablo: «Los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios» (Rm 8, 14); ese mismo Espíritu nos permite llamar «Padre» a Dios (cf. Rm 8, 15).

3. La Agrupación de Hermandades de Gloria venís hoy a la Santa Iglesia Catedral para celebrar vuestra fiesta, acompañados de la imagen de la Virgen del Carmen de la barriada de Huelin en Málaga, que fue donada a este famoso barrio por una devota en el año 1948, siendo párroco entonces de San Patricio D. Emilio Benavent, quien más tarde sería Obispo de Málaga. La imagen se procesionó por primera vez en el año 1949; pero, tras ocho años, se suspendió la procesión, hasta que en 1992 un grupo de hermanos del barrio decidió fundar la Hermandad y salir en procesión, realizando ese hermoso paseo marítimo, que las hermandades de la Virgen del Carmen suelen hacer a lo largo de toda la costa de nuestra Diócesis, que abarca unos ciento sesenta kilómetros.

4. Lo dicho sobre la oración y la relación personal con el Señor va directamente dicho a cada cristiano y a cada cofrade. Las Hermandades de Gloria celebráis con alegría la resurrección del Señor; no celebráis la pasión, sino la gloria del Resucitado. El cristiano, a diferencia del pagano, mira las cosas del cielo, donde está Cristo resucitado (cf. Col 3, 1). Los enemigos de la Cruz de Cristo miran su vientre y las cosas de aquí abajo, -nos ha dicho san Pablo-; pero los amigos de la Cruz de Cristo, los que celebran su resurrección y su gloria, miramos las cosas de arriba, aunque no nos desentendamos de las cosas de abajo, que hay que trabajar y transformar. La Iglesia os llama, para que deis testimonio de la luz de Cristo resucitado. Su muerte en la cruz no le dejó en el abismo, sino que salió victorioso del sepulcro. Jesucristo es guía y meta del universo; él es el camino hacia la patria celeste; él es la vida verdadera y la verdad plena (cf. Jn 14, 6)). En él reside la plenitud de la divinidad corporalmente (cf. Col 2, 9); él es la máxima y definitiva revelación de Dios (cf. Rm 16, 25).

Los cristianos y miembros de las Hermandades debéis ser testigos de esta verdad revelada; y las Hermandades de Gloria tenéis, en este sentido, una sintonía especial con la resurrección del Señor y con la exaltación de la Santísima Virgen María, como Reina de cielos y tierra. ¡Vivid con alegría vuestra condición de cristianos! ¡Despojaos de las obras de las tinieblas y revestíos de las armas de la luz! (cf. Rm 13, 12). ¡Pertrechaos con las armas de Dios, para resistir las acechanzas del diablo! (cf. Ef 6, 11).

5. Hoy celebra toda la Iglesia católica la Jornada Mundial de Misiones (DOMUND). Como dice el papa Francisco en su Mensaje para esta Jornada (Vaticano, 19.05.2013): «El anuncio del Evangelio es parte del ser discípulos de Cristo y es un compromiso constante, que anima toda la vida de la Iglesia (…). La fuerza de nuestra fe, a nivel personal y comunitario, también se mide por la capacidad de comunicarla a los demás, de difundirla, de vivirla en la caridad, de dar testimonio a las personas que encontramos y que comparten con nosotros el camino de la vida» (n. 1). La dimensión misionera es propia de la Iglesia y de cada uno de sus miembros. Vosotros, queridos cristianos y cofrades, estáis llamados, como misioneros, a anunciar la Buena Nueva y dar razón de vuestra fe a todo el que os la pidiere (cf. 1 Pe 3, 15).

6. Deseo felicitar a las Hermandades de Gloria, que nos recordáis la resurrección de Jesús y la gloria, a la que todos estamos llamados a vivir en Cristo Jesús (cf. Ef 2, 6; Flp 3, 14). Os invito, queridos fieles y cofrades de Málaga, a permanecer constantes en la oración al Señor con María, como lo hicieron los apóstoles (cf. Hch 1, 14). Y también a profesar y dar testimonio de nuestra fe en Cristo, convirtiéndonos en anunciadores de su Evangelio, como nos apremia el papa Francisco en su Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2013 (cf. n. 2).

En esta fiesta nos acompaña la imagen de la Virgen del Carmen. El Carmelo en Tierra Santa fue donde se refugió el profeta Elías, cuando era perseguido por la reina Jezabel (cf. *); posteriormente vivieron allí, a partir de los siglos XI-XII, eremitas y religiosos, para entregarse a la oración y a la ascesis. El título de «Carmelo» está vinculado al significado de «Carmen», que significa un jardín hermoso, donde contemplar las maravillas de Dios, donde puede rezar en silencio y paz. Voy a pediros que hagáis la experiencia de ser un «Carmelo» o un «carmen»: cuidad un espacio en vuestro interior de silencio, de agradecimiento a Dios y a la Virgen, de oración y de paz. La Virgen fue eso: un carmen. En Andalucía podemos visitar los llamados «cármenes». Aplicad eso a lo que fue la Virgen y a lo que podéis ser vosotros.

Le pedimos a la Santísima Virgen, titular y patrona de nuestra Diócesis, NªSª de la Victoria, y hoy también bajo la advocación de la Virgen del Carmen de la barriada de Huelin, que nos ayude a vivir la fe como Ella. Hoy habéis venido mucha gente del barrio de Huelin, con el párroco de San Patricio; también ese barrio necesita ser misionado. El Señor os pide que seáis misioneros en ese barrio y todos los barrios de Málaga y en toda nuestra Diócesis; ser misionero cada uno en su ambiente.

En esta Jornada Mundial de las Misiones le pedimos a la Virgen del Carmen que nos ayude a ser misioneros valientes del Evange
lio, para que éste pueda extenderse por todo el mundo.

¡Feliz fiesta!

Amén.

Contenido relacionado

Enlaces de interés