Fiesta de María Santísima Reina de los Cielos, co-titular de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la fiesta de María Santísima Reina de los Cielos, co-titular de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, en la Eucaristía celebrada en la iglesia de San Julián el 12 de septiembre de 2020.

FIESTA DE MARÍA SANTÍSIMA REINA DE LOS CIELOS,

CO-TITULAR DE LA AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS

DE SEMANA SANTA DE MÁLAGA

(Iglesia San Julián-Málaga, 12 septiembre 2020)

Lecturas: Eclo 27,30 – 28,9; Sal 102; Rm 14,7-9; Mt 18,21-35.

(Domingo Ordinario XXIV-A)

1.- Perdonar para recibir el perdón

El libro del Eclesiástico, que hemos escuchado, exhorta a perdonar las ofensas para recibir el perdón: «Perdona la ofensa a tu prójimo y, cuando reces, tus pecados te serán perdonados» (Eclo 28,2).

En la oración del “Padrenuestro” pedimos a Dios que perdone nuestras ofensas; pero hay una condición o compromiso de perdonar a quienes nos han ofendido.

El Señor nos enseña a perdonar como Él lo hace y olvidar la ofensa recibida. Para ello es bueno recordar los beneficios de Dios, sus mandamientos de vida, la Alianza de amor que hizo con su pueblo y con cada fiel: «Acuérdate de los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo; acuérdate de la alianza del Altísimo y pasa por alto la ofensa» (Eclo 28,7).

Cuando alguien espera el perdón de Dios, debe perdonar a quien le ha ofendido, como dice el Eclesiástico: «Si no se compadece de su semejante, ¿cómo pide perdón por sus propios pecados?» (Eclo 28,4).

2.- Perdonar siempre

En el evangelio de hoy hemos escuchado la respuesta de Jesús a la pregunta de Pedro sobre cuántas veces hay que perdonar: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete» (Mt 18, 22). El sentido es que hay que perdonar siempre.

Para explicar esta actitud Jesús cuenta la narración del siervo que no perdonó una pequeña deuda a su hermano, después que su señor le había perdonado una gran deuda. Entonces el señor le dijo: «¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?» (Mt 18, 32-33).

¿Cómo podríamos esperar el perdón de Dios, que tanto necesitamos, si no somos capaces nosotros de perdonar al hermano? El Señor nos pide que perdonemos “siempre”; es decir, cada vez que alguien nos ofende; el perdón no puede depender del estado de ánimo en que uno se encuentre. Dios nos perdona “siempre” que le pedimos perdón.

Lo que se nos dice en este domingo es muy aplicable a las relaciones entre los miembros de la familia, entre amigos, entre compañeros de trabajo, vecinos y, sobre todo, entre los hermanos de las cofradías. ¡Cuántos disgustos, sufrimientos y pleitos nos ahorraríamos, si perdonáramos de veras al hermano que nos ha ofendido!

3.- La imagen de la Virgen restaurada

La Agrupación de Cofradías de Pasión de Málaga celebra hoy la fiesta de su co-titular “María Santísima Reina de los Cielos”, dando gracias a Dios por la restauración de su imagen por parte del artista malagueño D. Francisco Naranjo y reponiendo al culto esta sagrada imagen.

Realmente es una imagen hermosa, cuya contemplación nos ayuda a percatarnos mejor de la importancia de la Virgen en nuestra vida. Deseo hacer un inciso sobre el rostro de la Virgen; como podéis apreciar, no es un rostro sonrosado, salvo en sus pómulos; es más bien un rostro bastante blanco, distinto al color de carne en la tez.

Desconozco la intención del artista al hacerlo así; pero podemos pensar que se trata de una Virgen glorificada. No es el rostro de una mujer de carne y hueso, sino de la Virgen asunta al cielo como Reina de los Ángeles. En su rostro se refleja la Luz de Cristo resucitado, que lo ilumina y lo convierte en un rostro transfigurado, que nos recuerda la transfiguración de Jesús en el monte Tabor, cuyo rostro resplandecía como el sol (cf. Mt 17,2). No es un rostro “humanado”, sino un rostro “glorificado”. Si la contemplamos desde esta perspectiva, entendemos mejor la imagen.

4.- La fiesta de María, Reina de los cielos

¿Qué significa que la Santísima Virgen María es “Reina”? No se trata de un título junto a otros. Su realeza es consecuencia de su maternidad y de su unión íntima con el Hijo de Dios, de su asunción al cielo, de su comunión plena con Dios.

Ella participó con su Hijo Jesús como corredentora en el misterio de la salvación y ha sido ya glorificada en el cielo junto a su Hijo resucitado y exaltado a la gloria. Ella ha compartido los sufrimientos del Hijo en su vida terrena, su pasión y muerte y, por ello, ha sido ensalzada como Reina de cielos y tierra.

La idea común sobre un rey es imaginarlo como una persona con poder, riqueza y honores; aunque, a decir verdad, las monarquías de hoy son cada vez menos valoradas.

Pero la realeza de Jesús y de María está tejida de humildad, de servicio, de amor, de entrega durante toda su vida. Jesús mantuvo su actitud de servicio durante toda su vida y la culminó en la cruz, cuando fue proclamado rey con la inscripción escrita por Pilato: «Rey de los Judíos» (I.N.R.I.=Jesús Nazareno, Rey de los Judíos) (cf. Mc. 15,26). La cruz fue el momento culmen de su glorificación y de su realeza. El trono de Cristo es la cruz. Él es rey sufriendo por nosotros, amándonos hasta la entrega total de su vida y generando un reino de verdad sin mentira ni manipulación, de justicia sin pisotear los derechos, de amor sin odios ni rencores y de paz.

El Señor y María Santísima Reina de los Cielos nos invitan a participar de su reinado. ¿Estáis dispuestos? (Los fieles asienten con la cabeza). Pues ya sabéis en qué consiste: servicio, entrega, amor y humildad. Si queréis ser buenos hijos de la Reina de los Cielos, ese es el camino. ¡Ojalá los cofrades entendieran lo que esto significa y viviéramos todos de manera consecuente!

5.- Reconocimientos a algunos cofrades

La Agrupación de Cofradías hace hoy entrega del Escudo de la Agrupación a tres hermanos mayores que han finalizado su mandato este curso pasado: Pedro Ramírez (Estudiantes); Emilio Betes (Sepulcro); y Rafael Gallego (Zamarrilla).

Se supone, esperando que no sea mucho suponer, que este reconocimiento está avalado por un desempeño del cargo de Hermano mayor desde la actitud de servicio.

También hacemos entrega de la Medalla “Pro Ecclesia Malacitana” a D. Manuel Gordillo por su servicio a la Cofradía de María Santísima de las Penas, durante su mandato de Comisario de la misma. Damos gracias a Dios porque, con esfuerzo y paciencia, se han ido reconduciendo las aguas para que esta Hermandad siga navegando en la dirección que pide la Iglesia y los mismos hermanos. Mi deseo para todas las cofradías es que vayamos navegando de la mano de la Reina de los Cielos en el camino que ella nos traza para seguir a su Hijo.

Pedimos hoy al Señor por la Junta de Gobierno de la Agrupación, para que sepa llevar adelante los proyectos, incluido el Centenario de la misma, y planificar la próxima Semana Santa, con realismo y esperanza.

Que María Santísima Reina de los Cielos, co-titular de la Agrupación de Cofradías de Pasión de Málaga, interceda por nosotros al Señor para que seamos buenos hijos suyos y hermanos entre nosotros. Amén.

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