Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, ante la Archicofradía Sacramental de Jesús de Pasión y María Santísima del Amor Doloroso
ARCHICOFRADÍA SACRAMENTAL DE JESÚS DE PASIÓN
Y MARÍA SANTÍSIMA DEL AMOR DOLOROSO
(Parroquia de Santiago Apóstol-Málaga, 29 marzo 2021)
Lecturas: Is 42, 1-7; Sal 26, 1-3.13-14; Jn 12, 1-11.
1.- La escena que nos ofrece hoy el evangelio de san Juan se desarrolla en Betania, donde vivía Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos (cf. Jn 12, 1). Unos días antes de la pascua le ofrecieron una cena al Señor, donde Marta servía y Lázaro era uno de los comensales (cf. Jn 12, 2). María ungió los pies a Jesús con un costoso perfume de nardo, llenándose la casa de fragancia (cf. Jn 12, 3).
Contemplando esta escena vemos que cada personaje participa en ella de modo diverso. La anfitriona de la casa, Marta, ofrece su servicio a los comensales, se dedica a “servir”; la mujer del perfume actúa movida por su amor al Maestro y le ofrece lo mejor que tiene; Judas Iscariote, uno de sus discípulos, manifiesta su desacuerdo con aquel despilfarro, poniendo como excusa que ese gran gasto podría haber sido destinado a los pobres (cf. Jn 12, 5), aunque no le importaran para nada los pobres, sino porque era un ladrón (cf. Jn 12, 6). Unos judíos fueron a curiosear para ver a Jesús y, sobre todo, para ver a Lázaro, resucitado de entre los muertos (cf. Jn 12, 9). ¿Quién se pierde ese espectáculo? Los jefes de los judíos deciden dar muerte a Jesús y también a Lázaro, porque perdían clientela y la gente creía en Jesús (Jn 12, 10-11).
2.- Me vais a permitir una analogía. Podríamos aplicar las actitudes de todos estos personajes a los miembros de las cofradías en general. Cada cual “que se aplique el cuento”, como dice el refrán. Unos colaboran, como Marta, para que todo funcione y están sirviendo siempre en lo que la cofradía necesite; otros miran cómo trabajan los primeros, pero no echan una mano; otros proponen grandes y costosos proyectos; otros los critican con una actitud pusilánime; algunos van, ociosos, a ver el ambiente para pasar un buen rato; tal vez alguno piense en quitar de en medio a un posible candidato que se opone a sus planes.
En el centro de la escena está Jesús, que ha resucitado a su amigo Lázaro, manifestando su poder sobre la muerte; ha aceptado la hospitalidad de Marta; ha acogido a la mujer del perfume, alabando su gesto de amor; y ha criticado a Judas por su comentario egoísta. Jesús dice: «a los pobres los tenéis siempre con vosotros» (Jn 12, 8), y no se equivocó.
Hoy en día seguimos teniendo pobres a quien atender en sus necesidades más básicas. Deseo agradecer a todos los cofrades vuestra actitud socio-caritativa, que es propia de toda cofradía. Ciertamente estáis atendiendo a los pobres, sobre todo en los momentos más difíciles y más complicados de crisis económica, incluido este tiempo de pandemia.
3.- Jesús es el centro de esta escena evangélica, el centro de la Iglesia, el centro en la Eucaristía, el centro de nuestra vida. Él ha ofrecido su vida por todos los hombres y por cada uno de nosotros. Él murió en la cruz, fue sepultado y ha resucitado; y es capaz de resucitarnos como resucitó a Lázaro.
El estilo de Jesús de Pasión es muy diverso al de los personajes que hemos visto en el evangelio. Como dice el profeta Isaías: «No gritará, no clamará, no voceará por las calles» (Is 42, 2). Su quehacer es callado, humilde y obediente, sabiendo respetar a todos, incluso a los más débiles y frágiles: «La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará» (Is 42, 3).
Mucho tenemos que aprender de Él. No apagar la mecha vacilante significa respetar algo muy débil, que está acabando; después que se ha apagado una vela queda solo la mecha encendida durante pocos segundos. El Señor respeta el más mínimo deseo de ser bueno, el más mínimo deseo caritativo, la más mínima profesión de fe, de amor o de esperanza; Jesús no apaga nada de esto. Aunque estemos en la peor situación, debemos dejarnos amar por Jesús.
4.- En esta Lunes Santo celebramos este acto eucarístico de la “Real, muy ilustre y venerable Archicofradía de Nazarenos del Santísimo Sacramento, Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima del Amor Doloroso”, en el día propio de vuestra salida procesional. Aunque no podáis sacar los tronos a la calle, celebráis vuestro día de Semana Santa.
Vuestra cofradía nació a raíz de la persecución religiosa desatada en España durante la Segunda República, y concretamente por la tremenda quema de iglesias y conventos en Málaga a primeros de mayo de 1931. Rafael Poyato Crespo, en 1934, inició una nueva Cofradía de Penitencia en desagravio por las persecuciones y, junto con otros hermanos determinaron la advocación de “Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima del Amor Doloroso”, indicando los sufrimientos del Señor Jesús desde Getsemaní al Gólgota y los dolores de su Madre Santísima ante la pasión y muerte de su Hijo.
La Cofradía fue erigida canónicamente en la parroquia de la Santa Cruz y San Felipe Neri, en 1936, iniciando una bella historia llena de avatares, como toda obra humana, hasta unirse finalmente con la Cofradía del Santísimo Sacramento, erigida antes en la Parroquia de los Santos Mártires en 1927.
5.- Sois una cofradía sacramental, que tiene como centro la Eucaristía, que, como dice el Concilio Vaticano II, es el centro y culmen de toda la vida cristiana (cf. Ad gentes, 9; Christus Dominus, 30); y debe ser el centro de toda nuestra vida, porque es el memorial del misterio pascual de Cristo.
Vuestro origen histórico (tiempo de persecución y acto de desagravio) y la dimensión eucarística marcan y deben seguir marcando vuestro espíritu cofrade. Os felicito porque así lo hacéis y os animo a que no perdáis estas dos características de vuestra cofradía.
No estamos viviendo ahora los horrores de la persecución religiosa de los años treinta del siglo pasado; pero existe una persecución religiosa de “guante blanco”, que ataca y mina los valores cristianos de la cultura actual. Os toca ser testigos del Evangelio en una sociedad descristianizada, medio pagana, donde los católicos somos una minoría, como lo era el “resto de Yahvé”” en el Antiguo Testamento.
En esta sociedad descristianizada el ser humano se autoerige en dios, eliminando la presencia del verdadero Amor y sustituyéndolo por sucedáneos; ocultando la Verdad y proponiendo simples opiniones como valores objetivos; despreciando la vida humana y manipulándola a capricho de intereses espurios. Éste es el panorama y ahí tenéis una importante misión.
6.- El profeta Isaías nos ha recordado la misión que hoy tenemos: «Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas» (Is 42, 6-7). Ésta es la tarea del Mesías; y es la tarea del discípulo de Cristo y la del cofrade. Tenemos una tarea no fácil, pero muy importante.
Muchos ciudadanos esperan que alguien les abra los ojos para contemplar la verdad; que alguien les libere de su prisión, de sus prejuicios e ideologías; que alguien les saque de sus tinieblas; que alguien ilumine su mente para ver con mayor claridad la vida. Ese alguien sois vosotros, queridos cofrades.
Nos encomendamos a Jesús de Pasión, para que nos haga valientes testigos suyos; y pedimos a María Santísima del Amor Doloroso que nos acompañe con su maternal intercesión en la misión que Dios nos confía. Amén.