El 27 de junio celebramos a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, una advocación íntimamente unida a un icono representativo de la Theotokos, de la Madre de Dios con su Hijo en brazos, procedente de Creta y venerado en principio en Roma en la iglesia de los agustinos.
Desde 1866, la imagen pasó a la iglesia dedicada a San Alfonso María de Ligorio, el fundador de los redentoristas que han extendido la veneración a este misterio de la Virgen a lo largo y ancho del planeta. Como explican ellos mismos, el icono nos muestra a María como Madre de ternura, «porque su rostro y sus ojos, aunque marcados por cierta gravedad, más que tristeza, derraman bondad y ternura maternales. Y es, sobre todo, Virgen de la Pasión por la escena que representa: la visión de su Hijo niño, que se asusta ante los instrumentos de la Pasión que le presentan los arcángeles, mientras Ella amorosamente lo protege entre sus brazos».
Es patrona, entre otras muchas instituciones y colectivos, del Colegio de Médicos de Málaga.
Mi madre del perpetuo socorro
(Oración de San Carlos de Foucauld)
Mi buena Madre, Madre del Perpetuo Socorro: Tú, a quien me he confiado y consagrado hace ya algunos años, y que tan bien me has socorrido y tan fiel me has guardado y conducido, mi buena Madre, estréchame junto a ti. Yo me pongo en tus manos como un pequeño. Me abandono a ti como un niño en mantillas. ¡Guárdame, guarda mi corazón! Haz que en esta noche, en este día y siempre yo y todos los que Jesús quiere ver junto a sí, podamos compartir sin cesar tu amor, tu mirada, tu adoración de nuestro Señor.