La familia Sánchez-Bonilla pertenece a la parroquia de Santo Tomás de Aquino. El matrimonio partirá con destino al Reino Unido, a Glasgow, acompañado de sus siete hijos, de entre 2 y 16 años.
Francisco tiene 46 y su mujer, MªCarmen, 42 años. Él es empleado de óptica y ella es ama de casa. Para ellos, su misión como familia se define así: «Lo más difícil para nosotros va a ser el idioma, porque aunque mi mujer es licenciada en Filología Inglesa, la ciudad en la que vamos está en Escocia, donde se habla un dialecto, el «scots». El catolicismo es allí la segunda confesión cristiana y la situación de la familia es desastrosa, muchas están destruidas por el alcohol. Nuestra misión como familia es dar testimonio de que se puede vivir de otra manera. Allí nos vamos a poner a disposición de la parroquia de Santo Tomás Apóstol para todo lo que necesite. Con respecto a los niños, es importante que lo vean claro, sobre todo los mayores. Al principio lo veían difícil, pero luego se animaron y ven también que Dios los llama a la misión. Van con los mismos miedos que nosotros, pero con ánimo. Cuando el Papa nos envíe, será una ratificación de que vamos en nombre del Señor».