Miles de fieles de la Diócesis de Málaga acompañaron en la tarde del domingo 7 de septiembre al Obispo Administrador Apostólico de Málaga, Mons. Jesús Catalá, en la Eucaristía de Acción de Gracias por sus 17 años de pontificado en la Diócesis celebrada en la Catedral.
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VÍDEO DE LA MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS EN ESTE ENLACE
Concelebraron los arzobispos de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, que presidirá el pontifical en la fiesta de Santa María de la Victoria; y el emérito de Pamplona, Mons. Francisco Pérez González; así como el Cabildo Catedralicio y gran parte del clero local.
Asistieron numerosos representantes de la administración local, provincial y autonómica, así como autoridades civiles y militares y representantes de instituciones significativas en el tejido social malagueño.
En el contexto de la novena a Santa María de la Victoria, patrona de Málaga y su Diócesis, y en el 150 aniversario de la Hermandad, a quien felicitó por la efeméride, D. Jesús comenzó y terminó su homilía haciendo referencia a la Madre de Dios, pidiéndole «que siga acompañándonos en esta nueva etapa».
Inmigrantes y necesitados
Mons. Catalá repasó la historia de su episcopado recordando que su primera sede titular, Urusi (nombramiento que recibió en 1996 junto al de obispo auxiliar de Valencia), quedó extinguida en el siglo IV, en el Norte de África, en la actual Túnez; y mi última sede ha sido Málaga, que tiene un territorio en el Norte de África (Melilla). Este gesto cariñoso del Señor ha marcado en cierto sentido mi ministerio, viendo en los inmigrantes y en los más necesitados, principalmente, la presencia del Señor».
El prelado elevó una oración de alabanza por los 17 años de episcopado en Málaga: «Os he invitado a esta celebración para que deis gracias a Dios conmigo, por todo lo que me ha concedido; de modo especial por vosotros y por las personas que he encontrado en estos años; porque habéis sido el mejor regalo del Señor».

Foto de familia tras la celebración
Agradecimientos
En el capítulo de agradecimientos, además de dirigirse a sus más estrechos colaboradores, sacerdotes, y seglares, quiso agradecer especialmente «a los representantes de las diversas instituciones sociales, culturales y políticas, con quienes hemos mantenido una buena y sana colaboración en el respeto mutuo. Muchos proyectos culturales, arquitectónicos y pastorales hemos podido realizar, gracias a vuestra colaboración y aprecio por la Iglesia. El último proyecto importante es el tejado de nuestra Catedral; seremos la generación que tuvo la valentía de afrontar este gran reto. ¡Muchas gracias a todos!».
D. Jesús tuvo también palabras de agradecimiento a sus predecesores en la sede malacitana y, con respecto al obispo electo, Mons. José Antonio Satué, pidió a los fieles «que lo acojan con filial amor» pues «viene en nombre del Señor a dirigir la iglesia particular de Málaga».
Petición de perdón
D. Jesús también tuvo la oportunidad de pedir disculpas: «Todos estamos necesitados, y un servidor el primero –ha afirmado–, de pedir perdón al Señor por nuestros pecados; por nuestra falta de testimonio, por no haberle amado con todo el corazón (cf. Dt 6, 5); por habernos alejados de él. Deseo pediros perdón por mis negligencias y faltas de caridad hacia cada uno de vosotros».
Finalmente, recordó que en su homilía de inicio de pontificado en Málaga, parafraseando una canción que hace referencia a esta tierra, dijo: «¡Málaga, querida, qué bonitos ojos tienes!; ¡déjame que te contemple!; ¡permíteme que te acompañe y concédeme poder amarte!». Diecisiete años después –concluyó– «Esto se ha hecho realidad, gracias a Dios y a todos vosotros. ¡Muchas gracias!»

Mons. Catalá recibe el abrazo del vicario general, Antonio Coronado, tras la lectura de su agradecimiento en nombre de la Diócesis de Málaga
Agradecimiento del vicario general en nombre de la Diócesis
Al finalizar la Eucaristía, el vicario general, Antonio Coronado, en nombre de la Diócesis de Málaga, dedicó unas palabras de agradecimiento a Mons. Catalá por sus 17 años entre nosotros: «Hoy, la diócesis entera quiere expresarle con una palabra muy sencilla y sincera que repetimos muchas veces como una señal de cortesía, pero que en estos momentos brota desde lo más profundo del corazón: «Gracias». Gracias por estos años. en los que ha caminado junto al pueblo de Dios que peregrina en Málaga y en Melilla. Gracias por su cercanía, por haber compartido con nosotros el camino de la vida con sus alegrías y cruces, con sus ilusiones, sus proyectos y sus desafíos. Gracias por haber estado presente en esos momentos de gozo y también en los de dolor, acompañando siempre como padre y pastor. Gracias por haber amado profundamente a esta diócesis, a sus parroquias, sacerdotes, diáconos, congregaciones religiosas, asociaciones, movimientos, cofradías, familias… Gracias por haber gastado su vida por esta diócesis, dando luz como una vela que alumbra al mismo tiempo que se consume. Gracias por todos y cada uno de estos años que han sido testimonio de fidelidad, de entrega callada y silenciosa, y de amor a esta tierra malagueña y a esta Iglesia particular».
Comienza la Misa en la Catedral de Málaga. La Diócesis se reúne en torno a la figura de su obispo administrador apostólico, Mons. Jesús Catalá, para dar gracias a Dios por los 17 años de su servicio a la Iglesia diocesana. pic.twitter.com/DJdRAodrh4
— Diócesis de Málaga (@DiocesisMalaga) September 7, 2025
Cariño a la Iglesia y al obispo
Antes de la bendición final, y en respuesta a las palabras del vicario general, Mons. Catalá recordó uno de los momentos en los que más de cerca sintió el aprecio de la Diocesis, su hospitalización: «Tengo que deciros a todos que estoy aquí porque el Señor ha querido y porque ha escuchado vuestra oración, porque toda Málaga y muchas diócesis de España estaban rezando para que el Señor no me llevara» y finalizó con un agradecimiento porque «me habéis manifestado el cariño que tenéis a la Iglesia y a vuestro obispo».