La parroquia de Nuestra Señora de las Angustias de El Palo celebrará el próximo jueves 16 de enero a las siete de la tarde una misa por el periodista malagueño Javier Espinosa, retenido en Siria desde hace cuatro meses por una organización radical vinculada a Al Qaeda. Espinosa, de 48 años, fue capturado junto a su compañero, el fotógrafo catalán Ricardo García Vilanova, el pasado 16 de septiembre en el punto de control de Tal Abyad cuando trataba de abandonar Siria por la frontera de Turquía tras dos semanas informando sobre las consecuencias de la guerra. Berta, tía materna de Javier, vive en Málaga y espera con impaciencia noticias de su sobrino.
Los compañeros de Javier, del diario «El Mundo», se encuentran también extremadamente preocupados. Ana Alonso, responsable de la sección de Internacional de «El Mundo», afirma que con estos secuestros lo que se impide es que se conozca qué está pasando en Siria.
Desde que fuera secuestrado, la malagueña Berta Robles, tía materna de Javier, ha propiciado la celebración de dos misas en su parroquia, Nuestra Señora de las Angustias. La del jueves será la tercera que el párroco, José Antonio García Carrasco, oficie por el periodista malagueño. Berta asegura que la familia se está apoyando en la oración en estas duras horas de incertidumbre: «Mi hermana y mi cuñado se han agarrado fuertemente a la fe: ahora mismo, todo lo basan en rezar y en pedir por la vuelta de Javier. En casa de los padres de Javier –que viven en Madrid- no hubo celebración de Navidad. Rezaron el rosario junto a una foto de su hijo. Ésa fue su Nochebuena».
En el momento del secuestro, Espinosa y su compañero iban acompañados por cuatro combatientes sirios que debían proporcionarles protección. Los soldados fueron liberados tras doce días de rapto. Sin embargo, los captores mantuvieron retenidos a los dos periodistas españoles.
Berta recuerda que su sobrino Javier tiene una sólida experiencia como corresponsal de guerra y destaca su firme compromiso social con las víctimas de los conflictos armados. Javier, actualmente, tiene fijada su residencia en Beirut, donde vive con su mujer, Mónica, y sus dos hijos, un niño de 7 y una niña de 3 años. En todo momento, Barta confiesa que se han sentido muy apoyados, tanto por el Gobierno como por los compañeros de Javier.
EL SECUESTRO
Ana Alonso, jefa de internacional de «El Mundo» cuenta cómo conocieron la noticia del secuestro de Javier. «El día 15 de septiembre fue el último que tuve contacto con Javier. Nos envió una crónica y nos dijo que al día siguiente emprendería la salida de Siria. Al día siguiente, Mónica, la pareja de Javier, me escribe un correo en el que me dice que no tiene noticias de él y que está alarmada tratando de saber qué ha ocurrido. En ese momento nosotros también nos ponemos en marcha. Tardamos 48 horas en saber dónde estaba y cuál había sido el destino de él y de Ricardo García Vilanova».
Para la responsable del área de Internacional del diario «El Mundo», tras el secuestro hay una clara intención por parte de los captores de silenciar la realidad del conflicto. «El hecho de mantenerlos tanto tiempo secuestrados y en una situación de incertidumbre total, para sus familiares y para los compañeros de otros medios, supone que nos secuestran a todos. Lo que consiguen es que tengamos miedo, que no acudamos a cubrir los conflictos, que nadie se atreva y que no se de voz a los sirios, y que desconozcamos de verdad lo que está pasando. Ahora nos cuesta mucho saber lo que ocurre: no sabemos quiénes son las fuentes que nos están informando de lo que está ocurriendo ahora en el norte de Siria donde hay enfrentamientos entre unas facciones y otras. Nos cuesta saber quiénes están actuando y qué ocurre. Porque nos faltan ellos, los testigos y quienes han dado voz a lo que ocurría».
Ana asegura que están teniendo un contacto permanente con la familia de Javier y que han creado un lazo muy fuerte con ellos. Se envían mensajes, hablan por teléfono y se mantienen al tanto de todas las novedades. La jefa del área de Internacional del Diario «El Mundo» afirma que los padres de Javier también se comunican con los del otro compañero secuestrado, Ricardo García Vilanova. Este contacto está dando mucha esperanza y fuerza a la familia.
Ana explica que la noticia de la liberación, el pasado fin de semana, de un fotógrafo de Turquía que también fue secuestrado en Siria ha sido acogida con mucha cautela. «Estas situaciones, por lo que han vivido periodistas y también personal de organizaciones humanitarias duran tiempo. El problema es el tiempo. No controlamos lo que puede pasar hasta que acabe la situación, como todos confiamos que va a acabar, que es bien».
Pese al temor, la angustia y la incertidumbre, Ana reconoce que mantienen viva la esperanza: «la fe nos acompaña, a los creyentes y a los no creyentes. A veces, con los padres de Javier que son creyentes- yo no lo soy- les digo que estoy rezando más que en toda mi vida por ellos, y confiando en que acabe todo bien lo antes posible».
En la actualidad, hay 30 periodistas secuestrados en Siria. Además de Javier y Ricardo, también ha sido víctima de un rapto Marc Marginedas, enviado especial de «El Periódico» en la zona.