
Homilía de Mons. Jesús Catalá en la Misa del Alba de la Cofradía del Cautivo 2025 (Parroquia San Pablo-Málaga)
MISA DEL ALBA DE LA COFRADÍA DEL CAUTIVO
(Parroquia San Pablo-Málaga, 1 abril 2025)
Lecturas: Ez 37, 21-28; Sal: Jr 31, 10-13; Jn 11, 45-57.
Conocer a Cristo y vivir en Él
1.- Esta plaza, frente a la fachada de la parroquia de San Pablo, nos acoge un año más para celebrar con fe y devoción la Misa del Alba, a la que nos convoca Jesús-Cautivo, nuestro Salvador y Redentor, a quien queremos conocer mejor, amarlo más y vivir como él, siendo buenos discípulos suyos.
La Misa del Alba de este año está enmarcada en el Jubileo 2025, al que hemos sido convocados por el Papa para recibir el perdón de Dios y sentirnos “Peregrinos de Esperanza”, como reza el lema jubilar.
2.- El profeta Ezequiel advierte a sus oyentes que «no volverán a contaminarse con sus ídolos, sus acciones detestables y todas sus transgresiones» (Ez 37, 23), porque su vida estaba alejada de Dios y del buen obrar.
Nuestra sociedad vive también adorando sus ídolos, que la alejan de su propio destino y de la verdadera felicidad; porque el ser humano está llamado a la transcendencia y a la vida eterna.
Y por boca del profeta nos dice Dios: «Los purificaré, ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios» (Ez 37, 23). Queridos hermanos, nosotros somos pueblo del Señor, familia de los hijos de Dios, hermanos en Jesucristo, que nos congrega en torno a la eucaristía.
3.- Jesús-Cautivo nos invita hoy a conocerlo mejor, a vivir con él y a seguir sus pasos, puesto que él es el camino, la verdad y la vida (cf. Jn 14, 6). Cristo es el Señor, el Salvador de la humanidad, el único y verdadero Dios.
Él es nuestro Maestro, que nos enseña a vivir según sus preceptos, y a cumplir sus mandatos (cf. Ez 37, 24). Le damos gracias porque nos guía por el camino de la verdad y de la santidad.
Como dice san Pablo a los Filipenses: «Todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor» (Flp 3, 8).
4.- Una manera fácil de conocer mejor a Jesús es leer los evangelios, que nos narran su vida y su obra. Al inicio de la cuaresma, en el Viacrucis de las Cofradías en la Catedral, os animé a leer, desde el comienzo hasta el final, el evangelio de san Lucas, que se proclama en el “Ciclo litúrgico C” en el que nos encontramos. Ahora os recuerdo esta tarea, para que la terminemos antes de la Pascua.
Pedimos al Cautivo que nos conceda su misma mirada para ver con sus ojos, su corazón para amar como él, sus manos para ayudar al necesitado, para cuidar al enfermo, para vestir al desnudo, para apoyar al caído, para dar una palabra de aliento a quien se encuentra deprimido (cf. Mt 25, 35-40).
5.- Al terminar esta Misa del Alba, Jesús-Cautivo inicia su recorrido hacia la Casa Hermandad pasando por el Hospital Civil, si el tiempo lo permite.
Hoy tal vez no pueda hacerlo como otros años; pero lo vamos a acompañar espiritualmente.
Jesucristo nos trae la salvación integral y cura nuestras heridas y enfermedades espirituales y corporales. Como estamos celebrando el Jubileo 2025, os recuerdo que el día 25 de mayo tendremos el “Jubileo de los Enfermos” en la Catedral. Naturalmente, los enfermos e impedidos pueden ganar la indulgencia jubilar en sus lugares de permanencia (casa, hospital, residencias), cumpliendo los requisitos propios.
Pedimos por todos los enfermos, para que Jesús-Cautivo les traiga la salud corporal, si les conviene; y, sobre todo, la salud espiritual. Pedimos también por el personal médico y sus colaboradores, para que sean instrumentos dóciles del amor de Dios e instrumentos de su misericordia, como aquel buen samaritano que curó las heridas del que encontró tirado en el camino (cf. Lc 10, 33-35).
¡Que todos seamos signos vivientes del amor misericordioso de Jesús!
6.- Durante el traslado del Cautivo los fieles devotos van echando con amor claveles rojos, como una lluvia de peticiones y de oraciones. Si hoy no podéis realizar este gesto de manera física a causa de la lluvia, os invito a todos a expresarle nuestro amor al Cautivo presentando nuestras oraciones como si fueran claveles. Que cada uno le entregue uno o varios claveles al Cautivo. Que cada oración sea como un clavel. Que Cristo no se quede hoy sin claveles.
Queridos hermanos, cofrades y fieles todos, Jesús-Cautivo desea ser cubierto en este día de claveles rojos. Cada acto de adoración a Jesús-Cautivo, cada acción de gracias o de petición sea como un clavel rojo que le ofrecemos hasta cubrirlo con un manto de afecto, de agradecimiento y de petición.
7.- Todos somos pecadores, necesitados del perdón y de la misericordia de Dios. Pero él limpia nuestro pecado, purifica nuestro corazón y quema lo superfluo. Por eso somos “pecadores perdonados” y personas “reconciliadas”.
Os animo, en palabras de san Pablo, a la reconciliación: «En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios» (2 Co 5, 20). ¡Dejaos limpiar por la sangre de Jesús-Cautivo, derramada para nuestra salvación!
Y, una vez reconciliados, seremos capaces de reconciliar y de ayudar a otros, para que reciban con gozo el perdón de Dios y gocen de su infinita misericordia. Según el evangelio de san Juan, Jesús obraba grandes signos y prodigios y muchos judíos, al ver lo que hacía, creyeron en él (cf. Jn 11, 45). ¡Seamos también nosotros testigos de las maravillas que Dios obra en nosotros, contemos todo lo que el Señor ha hecho por nosotros, para que muchos otros crean en Jesús!
8.- En esta celebración pedimos a Jesús-Cautivo que nos conceda su perdón y su salvación; que nos ayude a conocerlo mejor, a vivir con él y a seguir sus pasos.
Cristo es el Señor, el Hijo único de Dios verdadero, el redentor de la humanidad. A él clamamos desde nuestra pequeñez y desde nuestra miseria, para que nos libre del mal, del pecado y de la muerte eterna.
Queridos cofrades y fieles todos, somos discípulos del Cautivo y queremos dar testimonio de su obra salvadora.
Y pedimos a María Santísima de la Trinidad que nos proteja con su manto maternal y nos acompañe en nuestro camino hacia la Pascua. Amén.