La delegada territorial en Málaga de Educación, Deporte, Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, Mercedes García Paine, comienza y acaba su jornada encomendándose a Dios y a la Virgen. A esta última atribuye el éxito de su última gestión en favor de los comedores sociales: «lo puse en sus manos», afirma.
«Me comprometí a luchar hasta el final, pero también se lo encomendé a la Virgen María, porque era algo muy difícil de conseguir».
Cuando hace unos meses la plataforma de comedores sociales de Málaga le planteó sus reivindicaciones ante la escasez del importe de la subvención aprobada por la Junta para poder continuar adelante con su labor, más aún cuando la demanda de estos servicios ha llegado a duplicarse en algunos casos, lo tuvo claro: «me comprometí a luchar hasta el final, pero también se lo encomendé a la Virgen María, porque era algo muy difícil de conseguir. Hablándolo con el jefe de servicio, él me decía: “no te comprometas que esto no sale”, porque suponía modificar una subvención ya aprobada y en 30 años no se había dado un caso igual. Cuando finalmente me llamaron de la Consejería para decirme que se había aprobado un incremento de la subvención, y no solo para Málaga, sino para toda Andalucía, por 2,4 millones de euros, se lo dije: ¿Crees ahora o no en los milagros? Y él me dijo: “sí, totalmente”».
Y es que, para la delegada, la oración es algo natural en su vida, algo que aprendió en casa, con sus padres, desde muy chiquitina y que hoy continúa teniendo muy presente: «Cada gestión que afronto y que sale adelante aunque pareciera muy complicada, se la agradezco a Dios porque sé que algo han tenido que ver mis peticiones. Ahora, por ejemplo, se ha curado de un cáncer mi cuñado y también un gran amigo mío, Andrés Lasa. Este último es uno de los que estaba en un grupo de difusión que tengo con más de 200 contactos a quienes cada día les recuerdo que recen un Avemaría por personas de mi entorno que están sufriendo alguna enfermedad grave, normalmente cáncer. Cuando alguno tiene un familiar enfermo, lo incluyo en el grupo y compartimos las noticias de su proceso o, si finalmente fallecen, rezamos todos por su alma».
Rosario diario en familia
Entre sus oraciones favoritas, obviamente, el Padrenuestro y el Avemaría, que repite a diario en el rezo del Santo Rosario en familia. Pero si tuviera que destacar una, se queda con el Credo: «Yo siempre digo que las personas que creemos sufrimos igual, pero tenemos una esperanza que no tienen los que no creen. Por este motivo, recitar el Credo es lo que me reporta a mí esa esperanza».
Y, antes de dormir, nunca olvida la oración al ángel de la guarda.
Antonio Moreno Ruiz