La exposición “Pedro de Mena, granatensis malacae” recibe la visita a diario de El sacerdote, Miguel Ángel Gamero, director de Patrimonio de la Diócesis de Málaga y del Centro de Arte Palacio Episcopal explica los detalles de esta muestra monográfica, la más importante celebrada sobre el escultor.
¿Qué podemos ver en “Pedro de Mena, granatensis malacae”?
Se trata de la primera gran exposición monográfica sobre este escultor, porque hace 30 años se hizo una exposición sobre Mena en la Catedral, pero incluía piezas de otros artistas. En cambio, ahora solo se mostrarán 62 esculturas de Pedro de Mena y una pintura, un retrato anónimo de Fray Alonso de Santo Tomás, el que fuera obispo de la Diócesis de Málaga y gran mentor de Mena.
¿Por qué este título?
Así es como firmaba sus obras: “granatensis malacae”, quiere decir: “un granadino en Málaga”. Esta es su firma desde que comenzó a trabajar en el coro de la Catedral, su época más fructífera y más madura. Cuando se va separando poco a poco de su maestro Alonso Cano, creando su propio estilo.
De hecho, gran parte de la sillería del coro de la Catedral es obra suya.
Así es. Por ello los visitantes deben saber que esta exposición va unida a la Catedral. Al adquirir la entrada al Episcopal, se puede visitar el coro de la Catedral, cuya iluminación se ha modificado para que se puedan ver mejor la obra.
Pedro de Mena brillará especialmente estos días en más lugares ¿no es así?
Sí, la exposición cuenta con dos subsedes, una en Granada, su tierra natal, en torno al tiempo de Pedro de Mena; y la otra en Brujas (Bélgica), centrada en el Barroco español del siglo XVII y en la que se exponen piezas de este gran maestro.
Un escultor muy prolífico. De hecho, las obras de esta exposición proceden de muy diferentes lugares de España e incluso de fuera de nuestros país, tanto de museos como iglesias o conventos. Pero, ¿cuál fue la gran aportación de Pedro de Mena?
Sin lugar a dudas, la modernidad que aporta a la escultura de su época. Teniendo un gran maestro como Alonso Cano y toda la tradición anterior, fue capaz de crear un lenguaje propio, caracterizado por la esencialidad de la escultura. Aunque todos sus ropajes son típicos del Barroco, él supo destacar la gestualidad y la personalidad de cada una de sus esculturas. Fue capaz de imprimir sentimientos a sus piezas, de crear obras capaces de seducir a través de los sentimientos para comunicar lo transcendente.
Una exposición que va a sorprender a muchos ¿Por qué?
Hemos llevado a cabo un gran trabajo de restauración de algunas de las piezas que ha dejado al descubierto la policromía original de las obras, muy diferente de la que conocemos. Vamos a tener una visión muy novedosa sobre un escultor muy estudiado. Una exposición que ha sido posible gracias al Ayuntamiento, la Diputación de Málaga, la Fundación Unicaja y Unicaja Banco, que patrocinan, junto al Obispado de Málaga, esta iniciativa, y que cuenta además con la colaboración de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía.
Beatriz Lafuente
