Maristas celebra su cumpleaños con una tarta gigante y 100 velas de esperanza

Diócesis de Málaga
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El 1 de octubre de 1924 abría las puertas el Colegio Maristas, con 25 alumnos y los Hermanos Guzmán y Luis Onesíforo. El 1 de octubre de 2024 celebraron el Centenario con 1.281 alumnos, una tarta gigante y 100 velas de esperanza. Los actos con motivo de esta efeméride continuarán durante todo el curso.

Hoy, 4 de octubre, a las 19.30 horas, celebramos la Eucaristía y un acto conmemorativo con la Familia Marista de Málaga, abierto a la sociedad malagueña, para marcar el inicio de este curso

Celebrar este centenario, para un Colegio tan querido en Málaga significa «parar y tomar conciencia de la riqueza de nuestra historia y del valor del legado que hemos recibido y desde ahí, tener la ocasión de hacer memoria agradecida de tantos hermanos, docentes y personas que han trabajado en el colegio y que han ido aportando cada uno de ellos, con su esfuerzo y su compromiso, lo que ha ido conformando esto que es más que un centro educativo: es casa, es familia, es lugar de crecimiento en la fe y de la experiencia pastoral, es foco de formación académica, es ámbito para el acompañamiento en el crecimiento personal, es espacio para el descubrimiento de la vocación, referencia fundamental para el deporte malagueño y es, para cada uno de los miles de antiguos alumnos y el alumnado actual, una experiencia que vivimos con un profundo sentido de pertenencia y de identidad», afirma su director, Federico Fernández Basurte.

Una emotiva jornada escolar con tarta gigante

El 1 de octubre, día en que se conmemoraban los 100 años de la apertura de sus puertas, el Colegio Maristas de Málaga celebró una jornada cargada de significado y emoción, con el alumnado, profesorado y antiguos alumnos de los primeros años en la sede de calle Victoria. La celebración fue una ocasión para hacer memoria agradecida de un siglo de educación en la ciudad.

La jornada comenzó con una oración especial en el patio del centro, en la que se rememoró la apertura del colegio y el recuerdo de los hermanos Guzmán y Luis Onesíforo, fundadores del centro en su primera sede en el Palacio Episcopal. «Entre los momentos más emotivos destacó la participación de antiguos alumnos muy mayores, de los que asistieron a clase en los años cuarenta, quienes regresaron al colegio para revivir sus recuerdos y compartir su gratitud por el pasado vivido en Maristas Málaga», explican desde el centro. 

Otro de los momentos más representativos fue la creación de una formación simbólica de alumnado y profesorado en el patio, que representaba el número «100». Este número, fue el centro de una fotografía conmemorativa con la imagen clásica de los arcos del colegio «que capturó la esencia de un siglo de historia y será un legado visual del compromiso del colegio con su misión educativa y su comunidad».

También hubo tarta en este cumpleaños: una impresionante tarta gigante donada por Tejeros, adornada con 100 velas, que fueron sopladas en un ambiente festivo y alegre tras cantar «Cumpleaños feliz» junto a todo el alumnado. Los estudiantes de Bachillerato disfrutaron de la tarta, mientras que los más pequeños fueron obsequiados con palmeras de chocolate, en un gesto de unidad y celebración para todas las edades, gracias también al tradicional obrador malagueño.

El arte y la espontaneidad de los más pequeños quedó patente en un “lip dub” (vídeo musical) en el que recorrieron todo el colegio con la colaboración del profesorado, seguido por juegos y actividades recreativas en los distintos patios.

La historia

La historia de esos 100 años comienza con el obispo san Manuel González, «quien quiso que los Maristas vinieran a Málaga a fundar un colegio. Los conoció visitando una Exposición Pedagógica en Madrid, en mayo de 1924, y al comprobar de primera mano la calidad de los materiales didácticos de la editorial FTD, perteneciente al Instituto de los Hermanos Maristas, y el proyecto educativo que desarrollaban en sus distintos colegios ya establecidos en España, quiso lo mismo para su diócesis», explica el director. 

Y así es como, en el mismo año, Colegio Maristas y el actual edificio del Seminario Diocesano celebran su centenario pues «el entonces Obispo propició que se alquilara a los Maristas las instalaciones del antiguo Seminario, que acababan de quedar vacías en el conjunto del Palacio Episcopal, al haberse trasladado a las nuevas instalaciones promovidas por él mismo. Así, el 14 de septiembre de 1924 llegaron a Málaga los Hermanos Luis Onesíforo y Guzmán, que fueron quienes pusieron el colegio en marcha en tan solo quince días, abriendo sus puertas el 1 de octubre del mismo año. El primer día llegaron a tener 25 alumnos, terminaron el mes con unos 100. A los pocos días de la apertura llegaron más hermanos y, desde entonces, hay una comunidad de Hermanos Maristas en Málaga dedicada a la formación de buenos cristianos y honrados ciudadanos».

En estos 100 años, el Colegio Nuestra Señora de la Victoria (Maristas) ha ido creciendo en todos los sentidos y, en la actualidad son 1.281 alumnos los que cada día aprenden y comparten vida en sus aulas. 

El Centenario

Los actos con motivo del Centenario comenzaron el 14 de septiembre «con un “prólogo” en el que recordamos la llegada de los primeros hermanos y dimos gracias por el testimonio de tantos hermanos como han formado parte de esta comunidad. El 1 de octubre celebramos con nuestro alumnado la “fiesta de cumpleaños del colegio” y el 4 de octubre celebramos la Eucaristía y un acto conmemorativo con la Familia Marista de Málaga, abierto a la sociedad malagueña, para marcar el inicio de este curso que estará lleno de actividades que nos han de conducir hasta la clausura, que, como punto culminante, tendrá lugar el 6 de junio en la Catedral, con la Misa en la fiesta de nuestro fundador san Marcelino Champagnat. En medio de todo este recorrido: Jornadas Pedagógicas, Jornadas de Pastoral, Día del Antiguo Alumno, Día de la Familia Marista, presentación de un documental, edición especial de la Revista Victoria, etc», adelanta Fernández Basurte para quien, como director, celebrar este Centenario y compartirlo con todas las familias del centro es «un regalo, un privilegio y un orgullo, no por mí, sino por el hecho de tener la oportunidad de prestar este servicio acompañado de un enorme equipo humano de profesorado y de personas que trabajan en el centro y de una comunidad educativa que destaca por el sentido de pertenencia y por el cariño al colegio, por su “sentimiento marista”. Es también una responsabilidad enorme porque me corresponde ser continuador de la labor que desarrollaron todos los directores que me precedieron, desde el primero, el H. Luis Onesíforo hasta quien me precedió en el servicio, pasando por el primer director seglar del colegio marista de Málaga, Francisco Texeira. Respetar su trabajo, reconocer su aportación y agradecer su legado se demuestra con el darse por completo y el entregarse a la misión, que es lo que, modestamente, procuro hacer. Y también lo vivo como lo vivimos todos los que formamos parte de este equipo de profesorado, trabajadores del colegio, catequistas, entrenadores, etc., con cercanía a nuestro alumnado, con presencia entre los niños y los jóvenes, con sencillez y mucha alegría y con profunda gratitud».

Un Centenario cuyos actos presentaron al obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en las instalaciones donde comenzó la historia del Colegio (el Palacio Episcopal), y que se enmarca en un Año Jubilar convocado por el papa Francisco para toda la Iglesia y que pone su acento en la esperanza. Federico también miro el futuro del Colegio Maristas con esperanza porque «como cristianos no podemos vivirlo de otra manera. El futuro del centro es el futuro de la Iglesia, es el futuro de nuestra sociedad y de nuestro entorno, a los que servimos, y es el futuro de una humanidad que necesita recuperar la fuerza y la certeza de mirar al porvenir “con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras”, tal y como nos dice el Papa. Los maristas siempre hemos sido los “peregrinos de la esperanza” a los que se refiere Francisco y queremos seguir siéndolo, buscando humildemente ser coherentes con nuestra misión, la que nos encomendó nuestro fundador san Marcelino Champagnat: “Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar”. Su Palabra, el testimonio de su Amor, son razón para la esperanza y nosotros tratamos de hacerlo vida “dando vida” a través de la educación, el acompañamiento y el cuidado de la infancia y la juventud».

Desde que los Hermanos Luis Onesíforo y Guzmán abrieran las puertas del Colegio Maristas en Málaga, estos hombres de fe y entrega han sido un puntal en el centro educativo. «De los hermanos maristas que he conocido en general y de los de la comunidad de Málaga en particular podría señalar muchos rasgos y podría poner nombre y rostro al hablar de la entrega, del cuidado de los detalles, de la sencillez y la humildad, del compromiso pastoral, de la presencia entre los niños y los jóvenes, del sentido de la fraternidad o de la devoción a María, pero si tuviera que destacar una característica concreta podría se el “amor al trabajo”, ser hermanos según el ejemplo el propio Champagnat, de delantal y mangas remangadas», afirma el director con emoción.

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