Un grupo de 30 malagueños ha participado los días 5 y 6 de mayo en la V Ultreya Mundial de los Cursillos de Cristiandad celebrada en Fátima, a la que asistieron más de 9.000 personas de 41 países. Uno de los momentos más emotivos –relatan– fue la Consagración a María del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de todos el mundo en la capilla de las Apariciones.
La presidenta de Cursillos, Pepita Ledesma, relata así los días vividos en Fátima:
«Una Ultreya multitudinaria , personas venidas de los 5 continentes, 41 países representados, más de 9000 personas unidas por el amor a Cristo y a su Madre la Santísima Virgen María. De la diócesis de Málaga salimos un grupo de 30 personas de los cursillos camino de Fátima, acompañados por un sacerdote colaborador, llenos de ilusión por encontrarnos hermanos De Colores de todas las partes del mundo, y compartir juntos este encuentro fraternal, unidos en un mismo sentir y una misma vocación dentro de la Iglesia, que es anunciar a Jesús y su Buena Noticia a todo el mundo con un estilo jubiloso y testimonial.
Dos de los iniciadores de Los cursillos están en proceso de canonización, el sacerdote Mons. Sebastián Gayá, y el seglar Eduardo Bonnín.
Entre los actos desarrollados en la Ultreya, celebramos una Eucaristía en la Capilla de las Apariciones por todas las intenciones del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC), se rezó el rosario en diferentes idiomas, tuvimos la procesión de antorchas acompañando a la Virgen, diferentes seminarios y tertulias sobre los iniciadores. Uno de los momentos más emotivos fue la Consagración a María del MCC en todo el mundo en la Capilla de las Apariciones. La Ultreya propiamente dicha nos introdujo en una meditación titulada «La evangelización en las periferias. MCC misión», ofrecida por el sacerdote Asesor del Comité ejecutivo del organismo Mundial Sr. D. Francisco Senra Coelho. También se desarrolló una charla sobre la » Amistad, confianza y los alejados», para culminar con la Eucaristía en un clima de silencio y respeto de miles de personas en la Basílica de la Santísima Trinidad, oficiada por un cardenal delegado por el Papa Francisco, más de 14 obispos de diferentes nacionalidades, 150 sacerdotes , e infinidad de banderas de todos los países, desde Australia, Estados Unidos, Guinea Ecuatorial, Corea, Croacia, India, México, Perú, Chile, Brasil, Austria, Bélgica, Italia, Nueva Zelanda…..
Lo que más destacamos de esta experiencia es la alegría y el entusiasmo que se respiraba entre todos , los saludos » De Colores» que siempre se dicen en español, por ser un movimiento surgido en España, la cordialidad y fervor en todos los actos religiosos, y el sentirnos Iglesia universal».
