Del 22 al 24 de octubre se han reunido en Ciudad Real las delegaciones diocesanas de pastoral universitaria de las diócesis del sur de España (UDISUR), con la participación de un equipo de esta pastoral en Málaga.
En este encuentro, bajo el lema “Ubi sum? (¿Dónde estoy?)”, ha sido presentada la formación universitaria, además de como un modo de cualificarse para un futuro laboral inmediato, también con perspectiva de servicio a la Iglesia y a la sociedad desde la vida y la vocación ofrecida a Dios desde las cualidades y capacidades recibidas.
El equipo que ha participado en representación de la Pastoral Universitaria de Málaga ha estado formado por profesores y alumnos de la UMA, entre ellos, el delegado, Salvador Merino, quien afirma: «En este encuentro se combinan la profundización espiritual, el conocimiento de otras realidades y la formación cultural e histórica. Es una gran oportunidad para todos aquellos estudiantes que establecen contacto en otras provincias con los que algún día serán sus colegas de profesión, pero que ya se han convertido en sus compañeros en Jesús». Maricarmen Martín, miembro de la delegación y Misionera Idente, explica: «Hemos vivido una experiencia maravillosa de convivencia y fe con otros muchos jóvenes marcada por momentos de adoración al Santísimo, charlas de formación y testimonios en la Universidad de Castilla la Mancha (UCLM), visitas por la ciudad para conocer su historia y cultura, el emocionante concierto de Grilex, la Eucaristía en la Catedral, y muchos momentos para compartir, conocernos, bailar, reír… Venimos cargados de entusiasmo para continuar anunciando en la universidad que… ¡Cristo Vive!».
Por su parte, los jóvenes participantes comparten sus impresiones tras el viaje: «nos ha servido para conocernos más entre nosotros, para divertirnos y disfrutar de la alegría de ser cristianos y, sobre todo, para tener un encuentro cercano con Dios tanto individual como grupalmente», cuenta Marta Díaz, estudiante de Medicina. «Hemos demostrado que ser jóvenes y cristianos comprometidos no solo es posible, sino que además merece mucho la pena, pues Dios siempre está grande con nosotros. Nos vamos con el corazón lleno de alegría y desbordado de fe y amor para poder afrontar de una manera diferente este curso universitario», añade Mª Ángeles Arredondo, de Bioquímica.
Francisco Rivas, alumno de Derecho, confiesa que para él, este encuentro ha sido la oportunidad de «parar mi vida y ponerla en manos del Señor, para recordar que todo nuestro quehacer diario, todas nuestras amistades, todos nuestros agobios… hemos de vivirlos con ese Amor que en este fin de semana hemos experimentado».
Beata, natural de Polonia y estudiante de Turismo, explica que «pude aprender la oración en español y la forma de profesar la fe durante el canto y el baile». Como ella, Ania Flodrowska (Estudiante de Ciencias Gastronómicas y Gestión Hotelera) dice que «han sido definitivamente la mejor experiencia en este país. Confirmó mi convicción de que vivir en comunidad me da la mayor alegría. Las historias de cada uno de estos jóvenes son muy inspiradoras, sus talentos, intereses, testimonio de fe, conversión …y, sobre todo, su sonrisa y alegría no fingidas como resultado de una vida cercana a Dios».
Alba Fernández, estudiante de Educación Infantil, define el fin de semana como «increíble, imposible de describir. Ha sido un encuentro en el que hemos podido compartir nuestra fe con muchos jóvenes, dándonos cuenta de que ¡CRISTO VIVE!, de que hay más jóvenes cristianos como nosotros, con ganas de armar lío», e Irene Ramos, estudiante de Medicina, destaca la acogida de la diócesis de Ciudad Real. «Nos vamos llenos y rebosando de una felicidad que solo puede venir de Arriba, ¡ahora toca contagiarla!«, afirma.
Junto a numerosas actividades, testimonios y el concierto de Grilex, el encuentro les ha permitido compartir con otras experiencias de pastoral universitaria. Las jornadas se clausuraron con la Eucaristía en la Catedral de Ciudad Real, presidida por el obispo diocesano. Mons. Gerardo Melgar.
