Un grupo de ciudadanos ha completado una ruta en autobús que los ha llevado, a lo largo de la mañana de este miércoles, a conocer distintos lugares donde la Iglesia de Málaga trabaja a diario por tantos que necesitan tanto.
«La Iglesia está cerca de ti, aunque no siempre la veas. Tan cerca, que hemos creado una línea especial para mostrarlo a todo el mundo». Con esta frase se promocionaba allá por el mes de marzo el viaje en la línea 105 Xtantos, una experiencia pionera en Málaga a la que se invitó a unirse a través de internet a las personas que lo desearan.
Las plazas ofertadas se completaron con creces y, en la mañana de este miércoles 28 de mayo, ha tenido lugar el primer recorrido de la línea 105 por las calles de la capital, que ha permitido a los participantes conocer una pequeña muestra de lo que la Iglesia de Málaga realiza en favor de toda la sociedad.
El nombre de la línea 105 juega con el número de la casilla correspondiente a la asignación tributaria a la Iglesia Católica. Y es que, del 2 de abril al 30 de junio, la Agencia Tributaria pone en marcha su campaña de la renta, en la que todos los ciudadanos que estén obligados o quieran realizarla, tienen la oportunidad de dedicar un porcentaje de sus impuestos al sostenimiento de la Iglesia Católica. Marcando la casilla 105, los contribuyentes dedican el 0,7 por ciento de sus impuestos en favor de quienes más lo necesitan a través de los múltiples servicios que realiza la Iglesia sin costarle más, en caso de que la declaración salga a pagar, ni que les devuelvan menos, en caso de que salga a devolver. Marcar la casilla 105, además, es compatible con marcar la de otros fines sociales (casilla 106), multiplicando así la ayuda por dos, como se recomienda desde la administración diocesana.
El perfil de los primeros viajeros de la línea 105 ha sido muy variado: solteros, casados, jóvenes y mayores, jubilados, parados y estudiantes que han querido conocer de primera mano esa labor silenciosa y tantas veces oculta de la comunidad cristiana en favor de tantos que necesitan tanto.
El recorrido de la línea 105 ha dado comienzo en la Casa del Sagrado Corazón (Cotolengo), un hogar en el que encuentran acogida quienes no tienen nada ni a nadie. Allí, las religiosas que lo atienden y el equipo de voluntarios que trabajan a diario por el bienestar de las personas acogidas han explicado la historia del centro que se encuentra en la barriada de El Bulto, así como el tipo de personas que son acogidas y que encuentran aquí una auténtica familia. Los visitantes han podido conocer la capilla, que este año ha sido designado por el Obispo templo jubilar, así como el resto de instalaciones y estancias de una casa que se sostiene gracias a la providencia.
Desde el Paseo Marítimo Antonio Machado, el autobús de la Línea 105 ha partido con dirección a calle Hilera, en cuyas cercanías se encuentra la parroquia de Santa María de la Amargura. Acompañados por su vicario parroquial, José Miguel Porras, los viajeros han tenido la oportunidad de conocer el centro de mayores, un punto de encuentro para los mayores del barrio donde han podido dialogar con un grupo que se reúne para realizar trabajos manuales y ofrecerse ayuda mutua. También han podido informarse, de boca de las responsables de la Pastoral de la Salud y del proyecto «Abriendo Ventanas» sobre cómo se atiende domiciliariamente a las personas enfermas o que viven solas desde el plano espiritual y social.
La siguiente parada de la Línea 105 ha sido en el barrio de la Trinidad, en cuya parroquia de San Pablo, los participantes han podido conocer de primera mano la labor evangelizadora y social que realizan las parroquias en uno de los barrios más humildes de Málaga. Junto al párroco, José Manuel Llamas, el hermano mayor de la cofradía de Ntro. Padre Jesús Cautivo y María Santísima de la Trinidad ha explicado cómo las cofradías se convierten en elementos vertebradores de los barrios, mientras que la directora de la Cáritas Parroquial ha expuesto el trabajo que realizan en beneficio de los más desfavorecidos de la comunidad.
De la Trinidad a la Palmilla, el bus de la Línea 105 ha acercado a los participantes a saludar a la comunidad de religiosos Trinitarios que sirve a la comunidad parroquial de Jesús Obrero y San Pío X. Una vez allí, el párroco, Pedro Fernández Alejo, explicó el apoyo que ofrece la parroquia a la población migrante, así como a reclusos y ex reclusos y sus familias. La responsable de la Asociación Vive que trabaja por la inclusión de las mujeres del barrio ha contado que solo el año pasado pasaron por allí en torno a 130 mujeres de diversas tradiciones religiosas y culturales encontrando un lugar para integrarse y formar redes de ayuda. Asimismo, se ha explicado cómo desde la parroquia se trabaja de forma coordinada con los servicios sociales y la realidad vecinal.
La última parada del bus 105 ha sido en el colegio diocesano Cardenal Herrera Oria, donde los viajeros han podido conocer el trabajo que realiza la Iglesia en la educación, visitando concretamente el aula del Programa para la Transición a la Vida Adulta y Laboral (PTVAL), un programa de Formación Profesional Básica Adaptada, dirigido a jóvenes con necesidades educativas especiales que, tras concluir su etapa obligatoria, necesitan un acompañamiento específico para afrontar su paso a la vida adulta. Los participantes han podido conocer a través del testimonio de profesoras, madres y de los propios alumnos, cómo esta iniciativa facilita su desarrollo integral: desde habilidades de autonomía personal y social, hasta rutinas laborales sencillas, comunicación, habilidades emocionales y convivencia. No hablamos solo de contenidos académicos, sino de formar personas que puedan vivir con la mayor autonomía posible, participar activamente en su entorno y sentirse valiosas.
Antes de regresar a su punto de partida, los asistentes han compartido un aperitivo en las instalaciones de Casa Diocesana Málaga donde han sido recibidos por el vicario para la Evangelización, Javier Guerrero, que les ha agradecido su participación.
