La tradición de los Santos Ciriaco y Paula ha perdurado en Málaga durante diecisiete siglos. Incluso en la dominación musulmana durante ocho siglos, su culto permaneció en las comunidades cristianas mozárabes que, finalmente, hubieron de emigrar al norte de España. Esta amplísima difusión de la relación ancestral de Málaga entre estos jóvenes mártires y la ciudad hizo que su culto fuese restaurado oficialmente en la ciudad tras su reconquista por los Reyes Católicos en 1487, como seña de identidad de la ciudad.
Hay innumerables rastros de la vinculación de Ciriaco y Paula con la ciudad: la zona denominada Martiricos, donde fueron lapidados, y donde existió una Ermita hasta hace apenas poco más de un siglo, o la barriada de Santa Paula, dedicada en su honor; o la calle Santos, en pleno centro, dedicada también en su honor, recordando aquella tradición de que los Santos vivieron en dicha calle. Pero la más importante es sin duda la dedicación en su honor de la Parroquia de los Santos Mártires, sita en la Plaza de los Santos Mártires.
Igualmente, los Santos están presentes en el escudo de la ciudad. Además, hasta el año 1986, el día 18 de junio, era considerado fiesta local.
Asimismo no olvidemos su presencia en retablos y fachadas de la Catedral, de nuestras iglesias, de monumentos callejeros, o en el programa iconográfico de muchos tronos de nuestras cofradías de Semana Santa. Muchas malagueñas se llaman Paula, en recuerdo de su Patrona, siendo este nombre además uno de los preferidos en la actualidad.
