En estos días está previsto que se pongan en marcha las obras de rehabilitación de la fachada de la iglesia de San Agustín, en Melilla.
Es una nueva fase de las obras que se están llevando a cabo en este templo desde octubre de 2017 y con las que se completará la reparación de los desperfectos que sufrió durante el terremoto del 25 de enero de 2016.
En octubre de 2017 se restauraron los techos y las cubiertas de la iglesia, que fue edificada en 1938 en la que era la base de un cuartel. Durante ese curso, el párroco, Rafael López Cordero explicaba que «llevamos el templo en el maletero del coche, pues cada domingo nos ceden el salón de actos del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Reina Victoria Eugenia, donde montamos un templo provisional y celebramos la Eucaristía. Los salones y el despacho parroquial han seguido funcionando todo el curso. Es más, las Misas de diario se han seguido celebrando en el salón de actos de la parroquia».
Aún quedaba pendiente la fachada, que será la última obra que realice Rafael López como párroco de San Agustín, pues ha sido nombrado párroco de la Sagrada Familia, en Málaga, en la que tomará posesión en las próximas semanas.
Está previsto que las obras duren unos tres meses en los que se desmochará entera y se volverá a estructurar para que quede fija y las campanas puedan volver a funcionar.
Rafael López explica que el presupuesto total de la restauración del templo asciende a unos 330.000 euros, de los que el Obispado ha aportado 130.000; otros 100.000 corresponden a un préstamo que ha solicitado la parroquia; y ahora el Ayuntamiento se ha comprometido con otros 100.000 para poder concluir las obras de la fachada.
Encarni Llamas Fortes
