La iglesia de San José, en Vélez, celebra la Pascua con una cruz de flores en lo más alto de su fachada. Esta iniciativa parte de la comunidad parroquial y se viene realizando desde el año pasado. La realización se debe al trabajo de los niños de la catequesis.
Cuando aún se escucha el eco de los tambores y cornetas de las bandas de música, cuando aún no han desaparecido los restos de cera en las calles y los cofrades aún lloran el fin de la Semana Santa, llega la primavera y la Pascua de la Resurrección y con ellas, el colorido mayo y sus cruces floreadas.
Pensando en todo esto, un sacerdote de la parroquia San José de Vélez-Málaga, Rafael López Cordero, decidió el pasado año junto a sus feligreses colorear el cielo de su barrio, adornando el elemento más representativo de su parroquia, la cruz de su iglesia.
La iglesia de San José es un templo moderno construido en el año 2007. Sobre lo que simula la proa de un barco, se alza a más de una veintena de metros de altura, una enorme cruz que se ve en todo el barrio.
Niños y catequistas
Para adornar esa enorme cruz, más de 200 niños junto a sus catequistas, confeccionan durante semanas, miles de flores de plástico para después crear una camisola que se superpone en la cruz. Los bomberos del municipio, en su afán de colaborar con la causa, son los responsables de subir la camisola de flores con su camión y su escala, siempre y cuando lo permitan las condiciones meteorológicas. De hecho, este año han tenido que posponer varias veces su subida por fuertes vientos que hacen inestable la escala del camión de bomberos. Solventado ese problema, se decidió que la coronación de la Cruz de Pascua debía ser cosa de sus artífices, los niños. Por ello, tras cada Semana Santa, se realiza la Fiesta de la Pascua, donde además de una merendola, se sortea entre los participantes, quién será la persona que corone la enorme Cruz de Pascua colocando la última flor. El niño elegido es el que sube junto a los bomberos en la escala y coloca la última flor entre aplausos y vítores de todos sus vecinos. Una vez decorada la Cruz de Pascua, ésta permanece en la iglesia hasta Pentecostés, es decir, cincuenta días después del Domingo de Resurrección. Por tanto, coincide con otra de las celebraciones que se realizan en la parroquia, la Cruz de Mayo, que se organiza en el patio de la iglesia y que está organizada por la propia cofradía.
El párroco de la iglesia de San José, Rafael López Cordero llegó a la parroquia hace cuatro años y ha conseguido hacer partícipes a todo el barrio de sus proyectos, convirtiendo su iglesia en un ente vivo, dinámico y alegre. Él mismo responde a nuestras cuestiones:
–¿Cómo y cuándo surgió la iniciativa de la cruz de Pascua?
–Fue durante el año 2010/2011. Queríamos hacer algo bonito y significativo que pusiese en valor la Pascua con un guiño a las cruces de mayo. Como el elemento más característico de nuestra iglesia es su enorme cruz, decidimos que sería ella quien vistiese la camisola de las flores que confeccionaron los niños.
–¿Quiénes participan en el proyecto?
–Pues participa la mayor parte del barrio, los niños y sus catequistas. Tenemos una zona con muchos nacimientos y con una población muy joven. Tanto el pasado año como éste, más de 200 personas han trabajado en el proyecto.
–¿Cuáles son las peculiaridades de la misma?
–Queríamos que el barrio entendiese como suya la iniciativa, por lo tanto, decidimos que fuesen los propios niños quienes construyesen las flores de plástico. Sus catequistas les enseñan a hacerlas y cada niño hace una buena cantidad de ellas. También decidimos que ya que eran los niños los que construían las flores, fuesen ellos los que acabasen la obra, coronando la Cruz con la última flor. Es imprescindible la ayuda de los bomberos que lo hacen encantados y así nos lo manifiestan cada año.
