Casi con un mes de diferencia, la comunidad de ucranianos presentes en la Diócesis ha celebrado la Pascua en la parroquia Santa Rosa de Lima, con una liturgia colorista y que les mantiene unidos a sus tradiciones
La Pascua de Resurrección es la fiesta más solemne en Ucrania y se celebra con una gran variedad de tradiciones. La fecha está para ellos fijada unos días después de la nuestra porque se rigen por el calendario Juliano, y no por el Gregoriano. «Este año ha sido casi una diferencia de un mes -explica Román Hamratesey, sacerdote ucraniano que atiende a esta comunidad-, pero como el Papa ha expresado, también yo veo que lo deseable sería poder celebrar la Pascua juntos. A eso deberíamos tender. Nosotros seguimos en ayuno propio de cuaresma mientras que los católicos del rito latino ya están celebrando la Pascua». El calendario Juliano fue introducido por Julio César en el 46 a.C. pero acumulaba un error en relación al astronómico y fue sustituido progresivamente por el calendario gregoriano promulgado en 1582 por el papa Gregorio XIII.
Los ucranianos ayunan durante la Cuaresma con estricta devoción y esperan el día de la Pascua con una alegría que se manifiesta en los adornos florales y la comida, dos elementos muy unidos a la liturgia greco-católica de esta celebración. Con una presencia relevante de iconos, las celebraciones de la Semana Santa greco-católica empiezan el jueves santo, que este año para ellos ha caído en el 29 de abril, y en el que se leen los doce Evangelios de la Pasión, que consisten en la Pasión según San Juan completa con algunos pasajes de los otros evangelistas. Son “doce Evangelios”, debido a que están divididos según las horas de la noche. Durante la celebración, que tiene como centro la cruz de Cristo, el sacerdote se cambia también doce veces la estola, pasando de un color a otro, desde el rojo hasta el blanco, que simboliza la muerte de Jesús. El viernes santo se presenta una representación de la Sábana Santa que una familia ha venido elaborando durante más de un año. En situaciones normales, se procesiona dentro del templo esa representación del sepulcro del Señor, pero este año solo se ha engalanado con flores.
Es costumbre pasar la noche de Pascua, del sábado al domingo, en la celebración, que suele comenzar a las doce de la noche y se extiende hasta bien entrada la madrugada, ya que a la liturgia sigue la bendición de los alimentos que luego son compartidos en familia. Este año, debido a las restricciones impuestas por el Covid-19, la Pascua greco-católica se ha celebrado el 3 de mayo, Domingo de Resurrección según el calendario Juliano, a las 6.30 de la mañana en la parroquia de Santa Rosa de Lima. Es tradición que las familias preparen ese día una comida especial, como las tradicionales tortas de Pascua y los huevos de Pascua, y que llenen ese día su mesa de carne ahumada, pescado y derivados lácteos. La celebración va seguida a la bendición de los alimentos como símbolo de la vida, y que luego se llevan a casa y comparten festejando que Cristo ha resucitado. «Este año han venido muchas familias, padres con sus hijos. Ha sido muy emotivo», explica el sacerdote.