Los Campamentos Diocesanos, escuela de «superhéroes» de la fe

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Los Campamentos Diocesanos reúnen cada verano, a partir de la última semana de junio, a niños de cerca de 20 parroquias de la Diócesis. Este año ofrece seis tandas para niños desde 3º de Primaria hasta 4º de la ESO y comienzan el 29 de junio en la Casa de Espiritualidad Trayamar y la temática gira en torno a los «superhéroes» de la fe.

Los campamentos se desarrollan en 6 tandas:

Belén 1 (niños de Comunión- tercero de primaria): del 29 de junio al 1 de julio.

Belén 2 (niños de Comunión- tercero de primaria): del 2-4 de julio.

Nazaret 1 ( niños de 4 de primaria a 6 de primaria): del 5-9 de julio.

Nazaret 2 ( niños de 4 de primaria a 6 de primaria): del 10-14 de julio.

Jerusalén 1 (1 y 2 de la ESO): del 16-21 de julio.

Jerusalén 2 (3 y 4 de la ESO): del 22-27 de julio.

Las inscripciones se realizan a través de las parroquias.

La estructura del campamento recae sobre los siete dones del Espíritu Santo.

• Día 1: Fortaleza; Texto bíblico: Nacimiento de Jesús
• Día 2: Sabiduría y Consejo; Texto bíblico: Tentaciones y desierto
• Día 3: Piedad y Temor de Dios; Texto bíblico: Huerto de los olivos
• Día 4: Ciencia: Texto bíblico: Curación y encuentro de Jesús con Zaqueo
• Día 5: Entendimiento: Texto bíblico: Pentecostés

Miguel Ángel Criado, párroco de El Salvador en Málaga capital, y Salvador González, responsable de Infancia y Adolescencia de la coordinadora interparroquial de la Acción Católica General forman parte del equipo coordinador.

¿Qué persiguen estos campamentos?

Miguel Ángel: Intentar que los niños puedan tener una experiencia de encuentro con el Señor. Si el año pasado toda la temática giraba en torno a la cocina, bajo el título «La receta de tu vida», este año todo va sobre superhéroes.

Salvador: El título es «Los guardianes del Espíritu». Aprovechando el tirón que tienen los superhéroes para los niños, queremos darle un enfoque cristiano, y ver que dentro de la Iglesia hay también superhéroes, pero de carne y hueso. Está basado en tres pilares: el Espíritu Santo, que nos da la fuerza a través de sus dones; Jesús, nuestro modelo a seguir y los santos, que llevan esa experiencia a sus vidas concretas.

¿Dónde se celebran?
MA: Nuestra particular “Escuela de Superhéroes” es la Casa Diocesana Trayamar, un lugar ideal para ello por estar en contacto con la naturaleza. Allí vamos a aprender a ser santos, y su gran director va a ser Dios Padre, quien va a ser el tutor de los niños, para ayudarles a descubrir esos «poderes» que son los dones del Espíritu con el modelo de Jesús, el Señor.

¿Cómo lo viven los niños?
MA: Los más pequeños son los que han hecho la Comunión por primera vez, y para muchos es la primera vez que salen de casa. Vienen felices, hacen nuevas amistades, conocen más cosas del Señor. Gracias a esa primera experiencia, repiten año tras año. Este año, sumamos una tanda más, hacemos seis en lugar de cinco.

S: La última la hacemos en La Marina, en Torre de Benagalbón, y es específica para los adolescentes, de 3º y 4º de la ESO. Su lema es «Buscando el rostro del maestro» y tiene un contenido propio porque ya ellos mismo nos pedían otra cosa. El objetivo es que les sirva de transición con el Campo de Trabajo Lázaro, con el que se coordina.

¿Cómo es la experiencia para los que lo organizáis?
MA: Como cura es una alegría. Trabajas con catequistas y niños todo el año, y este tiempo te permite conocerlos más profundamente, ver cómo el Señor trabaja en su corazón, y el talento que derrochan monitores. Cada campamento es único e irrepetible. Se trabaja mucho, se disfruta mucho, pero al final queda el sabor de saber que el Señor está con nosotros.

S: Mis vacaciones son los campamentos. Nada más que ver las caras de los niños, uno disfruta. Y como laico, es una experiencia inolvidable. Y hay que agradecer su entrega a los sacerdotes, monitores y voluntarios, que no cobran nada, sino que pagan su campamento como todos y dedican su tiempo de descanso a esta tarea. Sin ellos no saldría adelante.

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