El hilo conductor del jueves 23 de junio en el X Encuentro Mundial de Familias celebrado en Roma fue “Amor de familia”. «Un día intenso, en el que no hemos parado, pero que nos lleva a dar muchas gracias a Dios después de todo lo vivido y escuchado», afirman Ramón Acosta y Rosa Bejarano, delegados de Pastoral Familiar de la diócesis de Málaga, que participan en dicho Encuentro.
«La mañana la comenzamos celebrando la Eucaristía en la Basílica de San Pedro, presidida por el cardenal Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida. En ella pusimos la Pastoral Familiar de nuestra diócesis y todas sus intenciones», afirma Rosa.
«Ha sido un día muy rico, en el que hemos profundizado en la Iglesia doméstica y la sinodalidad, los matrimonios y sacerdotes juntos para construir Iglesia, los jóvenes y las personas mayores juntos para la Iglesia del mañana, acompañar los primeros años de matrimonio y sus primeras dificultades, el amor familiar en la prueba y el acompañamiento de la paternidad y la maternidad», explica Ramón, que hemos coronado con un precioso concierto en el Palazzo Lateranense, por el que también nos ofrecieron una visita guiada.
«Un matrimonio joven de Toledo ha presentado el Family Rock, que es una experiencia de acompañamiento a matrimonios jóvenes con una estructura fantástica y que funciona muy bien», añade Rosa y destaca una frase de uno de las conferencias del día que versaba sobre las personas mayores: «podemos reflexionar sobre el sentido de la función del anciano en la familia. En este sentido, conviene recordar que los ancianos no se pueden ver sólo como personas frágiles, a las que hay que cuidar y defender, son también actores, protagonistas, a partir de la transmisión de la fe en las familias, pero también en nuestras realidades asociativas y eclesiales».