El joven marbellí se había convertido en un símbolo de la batalla contra la leucemia tras someterse a un trasplante de médula el pasado mes de julio. Pablo Ráez Martínez (1996) ha muerto este sábado en su casa rodeado de sus familiares. Rescatamos la entrevista que concedió a la Revista DiócesisMálaga con motivo de su participación en el spot de los XXI Juegos Mundiales de Trasplantados que se celebrarán este año en Málaga
Va a participar en los próximos Juegos Mundiales para trasplantados y, además, va a ser el abanderado de estos. ¿Qué siente?
Es algo importante en mi vida, tengo ganas de que llegue 2017 y, si no hubiera sido por la enfermedad, no habría tenido la oportunidad de hacer esto. Quiero aprovecharlos al máximo y participar en todo lo que pueda. Atletismo, kayak…
¿Qué pensó cuando le propusieron la realización del vídeo promocional?
Desde que empezó mi enfermedad, he subido y compartido todo en las redes para demostrarle a la gente que una persona tan normal como yo puede salir de esto. Hoy, precisamente, me ha visto un hombre que salía con su hijo de la asociación Ronald MacDonald, una casa habilitada cerca del hospital para los enfermos de cáncer y sus familias. Su hijo de cinco años, ya trasplantado, al verme, ha venido corriendo a saludarme gritando “¡Pablo! ¡Pablo!” Y levantando el brazo haciendo mi gesto. El padre me ha contado que su hijo todo lo que hace es hablar de mí y para mí eso no tiene precio. Es una sensación inexplicable. Ha sido muy bonito y es gracias al vídeo.
¿Cómo es su relación con Pepe, su párroco?
Yo creo en lo que he aprendido de Pepe, mi párroco. Recibí el bautismo, la comunión y la confirmación con 16 años. Él fue mi padrino de bautismo y hoy día somos íntimos amigos. El día del trasplante tenía mucho miedo y Pepe vino a verme. Me pasé una hora entera llorando y después de eso ya sabía que me iba a curar. Además, era el día de la Virgen del Carmen y mucha gente me mandó fotos de la Virgen demostrándome su apoyo. Eso a mí me dio esperanza, el apoyo siempre se agradece y todo eso a mí me ha salvado.
Todos le debemos la vida a nuestros padres, gracias a ellos estamos aquí, pero en su caso podríamos decir que doblemente, ¿no?
La relación con mi padre ha cambiado mucho desde entonces, él es muy feliz de haber podido donarme la médula y a mí me basta con eso. Creo firmemente que se debería fomentar la donación, es de lo más importante de la vida porque podemos ayudar a otras personas sin ni siquiera estar presentes. Yo siempre he querido hacerlo porque me entusiasmaba la idea de hacer algo bueno y pienso que dar nunca puede ser malo.
En el vídeo promocional de los juegos cuenta que ante de la enfermedad sus preocupaciones eran como las de cualquier chico de su edad, estudiar principalmente. ¿Cuáles son sus preocupaciones ahora?
Hoy día no me preocupo por nada, cada persona es como es y creo que preocupándose por las cosas que realmente importan es como mejor se vive. Ahora sé que hay muchas posibilidades de hacer muchísimas cosas. Sigo queriendo ser bombero, pero no solo quiero ser eso, quiero ser “Macgyver”, quiero hacerlo todo.
Es un ejemplo de superación, ¿Qué le diría a aquellas personas que estén pasando por algo parecido?
Es difícil, pero lo único que puedo decir es mucho ánimo, que de esto se sale.
Una entrevista de Rocío Merino @rociomerinohdz