
Hoy comienza el cónclave para elegir al nuevo Papa, conforme a las disposiciones de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por san Juan Pablo II en 1996. Este documento, piedra angular del proceso de sucesión papal, regula cada etapa del periodo de Sede Vacante y la elección del nuevo Sucesor de Pedro.
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Entre sus puntos centrales, la constitución establece que solo los cardenales menores de 80 años pueden votar, y que el cónclave debe comenzar entre 15 y 20 días después de la vacante de la Sede Apostólica. Durante este tiempo, la Curia Romana limita sus funciones a lo estrictamente ordinario y urgente, bajo la coordinación del Colegio Cardenalicio.
Universi Dominici Gregis detalla minuciosamente el desarrollo del cónclave: el aislamiento de los cardenales en la Casa Santa Marta y la Capilla Sixtina, las medidas para preservar el secreto del proceso, y las normas para la votación, que requiere una mayoría de dos tercios. Si tras varias rondas no se alcanza acuerdo, la constitución prevé continuar con votaciones hasta lograr el consenso necesario.
San Juan Pablo II subrayó la importancia de la oración, el discernimiento y la libertad de conciencia en este proceso, recordando que la elección del Papa no es una cuestión de poder humano, sino de fidelidad al Espíritu Santo.
En este día histórico, la Iglesia reza para que los cardenales electores, guiados por el mismo Espíritu que condujo a Pedro, elijan al Pastor que mejor pueda servir al Pueblo de Dios en nuestro tiempo.