La unidad de los cristianos continúa siendo una asignatura pendiente entre nosotros. Sin embargo, es un deseo expresado por Jesucristo. Un deseo explícito. No se deduce. Basta leer el Evangelio para descubrirlo con facilidad. Y, de hecho, hay una oración en la que el Señor pide expresamente al Padre por la unidad: “Padre que todos sean uno”.
Expresión, por cierto, recogida en el escudo episcopal de nuestro obispo, D. Jesús Catalá. Esa oración condensa un deseo concreto de Jesús; no se va por las ramas. Ha llegado el momento de empezar por casa: ¿vivimos unidos en nuestra familia como cristianos? ¿Experimentamos la unidad en nuestra parroquia o comunidad? ¿Cultivamos el vínculo de la unidad con el papa Francisco? ¿Salvamos la unidad con oración y formación? ¿Valoramos el ecumenismo como camino para alcanzar la unidad de los cristianos? Recordemos que si somos incapaces de caminar unidos como católicos, ¿cómo vamos a alcanzar la unidad como creyentes en Cristo Jesús?
