Acaba de ver la luz «Sillería del Coro de la Catedral de Málaga». El autor, Alejandro Azumendi, a quien entrevista DiocesisMálaga, realiza una detallada descripción de la historia de este coro y de los valores devocionales de cada una de las imágenes de la sillería en un recorrido minucioso apoyado por imágenes.
La publicación «Sillería del Coro de la Catedral de Málaga» pone en valor el patrimonio artístico y devocional del coro de la Catedral de Málaga, un espacio para el conocimiento y la meditación que ha sido considerado de gran importancia en el barroco español.
En su construcción, en los siglos XVII y XVIII, intervinieron notables artistas como Ortíz de Vargas, Micael y Alfaro y Pedro de Mena, a quien corresponde la mayor parte de las obras escultóricas.
Alejandro Azumendi nació en Bilbao, aunque se siente malagueño de adopción desde que llegara a esta tierra hace 60 años. Su trabajo como ginecólogo en el Hospital Gálvez, le ha hecho tener muy cerca la Catedral. «Me acercaba a ella en muchos momentos, y siempre me ha parecido impresionante gozar de la Catedral que tenemos». Su interés por el arte y su deseo de dar a conocer su valor, le ha llevado a publicar este libro. «Lo importante no es este libro, sino la sillería. Quien lo adquiera, ojalá coja como una pequeña obligación venir a ver el coro, que es una auténtica maravilla».
¿Cómo nace esta publicación?
Me llevan a esta investigación una serie de circunstancias personales. Una persona querida que enferma y que no consigue mejorar, mis visitas a la Catedral cada día para celebrar la Eucaristía mientras dura su estancia en la UVI… la hora que me encaja es la de las 9.15 horas, cuando se celebra en el coro, con la presencia de los canónigos. En ese momento, la Catedral está casi a oscuras, con muy poca gente y sirve mucho para poder orar con tranquilidad. Y en ese lugar, es imposible no fijarse en la sillería, en todas las imágenes talladas en la madera, con un altísimo valor artístico y devocional. Se nos insta a ser santos, y ellos nos invitan a serlo. Entre lo artístico y lo espiritual, surgió la idea de tener información sobre estas figuras en casa y poderlo leer y meditar tranquilamente. Busqué algún atlas de ello, porque soy un enamorado de las cosas de Málaga, pero encontré que había poco en cuanto a imagen gráfica y las existentes eran en blanco y negro, tomadas a distancia, así que con un poco de «desvergüenza», pedí permiso al anterior deán, D. Alfonso Fernández-Casamayor, le pareció bien y empezamos a hacerlo. El trabajo lo comencé hace siete años, y hasta ahora no ha podido ser concluido.
¿Por qué recomienda acercarse a este estudio?
Porque nos sorprendería conocer todo lo que hay. La sillería del coro es un espacio impresionante y uno se siente pequeño, pero las tallas son de color oscuro, la iluminación (como no podría ser de otra forma) es tenue, y eso hace que perdamos los detalles. Con este privilegio de acercarme a pocos centrímetros de cada imagen, he podido fotografíar un poco de todas ellas, y ya que no todos tenemos ese permiso de ponernos cara a cara con cualquier santo, en este libro lo podemos ver.
¿Qué puede encontrar el lector de cada una de las imágenes?
El libro se ideó con una concepción gráfico, mostrando las imágenes, pero pensando que lo importanter no era solo la figura sino la propia vida de los santos, he añadido, sin intentar ser exhaustivo, la biografía de cada uno de los santos de los que hablamos. Junto a muchos otros conocidos y millones no conocidos, son gente que han hecho cosas importantes, dejándose la vida en ello con el martirio o trabajando apoyados por Jesucristo, poniéndose al servicio de los demás, Hoy los tenemos un poco olvidados, pero son muy actuales. Actualmente los tenemos también a nuestro alrededor. Tienen otros nombres y a otros ni siquiera se los podemos poner.
¿Algún santo favorito?
San Francisco de Asís. Benedicto XVI recomendaba que leyéramos algún santo para familiarizándonos con ellos. No sé por qué, cogí a san Francisco de Asís y me pareció impresionante, alguien muy especial.
¿Y de las imágenes de la sillería tiene alguna preferida?
Me gusta santo Tomás de Villanueva; san Juan de Dios, una imagen sencilla, pero cargando a un enfermo agonizante sobre sus espaldas. Su trayectoria me parece impresionante, estando él mismo enfermo, cómo cargaba y cuidaba de personas deshechas y despreciadas por la sociedad. También san Marcos, la imagen con la que Pedro de Mena ganó el permiso para realizar las demás, tiene un rostro muy especial. El propio san Francisco de Asís… Una por una, son una maravilla.
Ana María Medina