«La primera mochila a preparar para la JMJ es la del corazón»

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Raúl Tinajero (Toledo, 1972) es el director del Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal, que coordina la participación de jóvenes españoles en la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia (Polonia), del 26 al 31 de julio. A ellos dirige los consejos para vivir al máximo esta experiencia.

¿Cómo es la participación malagueña en la JMJ?
Málaga vuelve a ser una de las diócesis con mayor participación, y eso contando solo el grupo que va a través de la Delegación Diocesana. Al principio les costó un poquito, pero luego se han ido animando y hay ya un grupo importante de personas, casi un centenar. Además, por supuesto, de los jóvenes que van con sus propios movimientos y asociaciones.
¿Qué consejo les darías a los jóvenes que están preparando ya su mochila?
La primera mochila que tienen que preparar es la de su corazón. Tanto si repiten experiencia como si van por primera vez, les aconsejo que vayan con el corazón limpio para llenarlo, abierto a todo lo que vayan a vivir, a toda la fuerza y la alegría que van a recibir en estos días. Después, que tengan el deseo de conocer un poco más a la Iglesia, abrir su corazón al Señor, y abandonar la tentación de estar encerrados en su grupito. Cuando llegas a una Jornada Mundial de la Juventud, donde te encuentras con dos millones de jóvenes de distintos lugares del mundo, reconoces y vives esa apertura a la Iglesia universal. Les diría también que lleven mucha paciencia, que quizás encuentren sus dificultades en las diferencias culturales, en las peculiaridades de cada país que recorreremos en los días previos y también en Cracovia, una ciudad pequeña que está haciendo lo posible por acoger a todos. Pero sobre todo, que vayan con mucha ilusión por encontrarse con el Papa. Van a estar con familias en los lugares por los que van a pasar, lo que va a ser una gozada, y les va a permitir vivir experiencias que no siempre se tienen si no es gracias a una Jornada Mundial de la Juventud.
¿Hay sitio para los nervios?
No, les digo con confianza que pueden estar tranquilos. Polonia está haciendo un esfuerzo tremendo para que toda la JMJ cuente con unas medidas de seguridad excepcionales.
¿Y a la vuelta, qué deben tener en cuenta?
Yo siempre les digo que hay que tener cuidado con el efecto gaseosa. Todos van a venir con un “subidón” de alegría, de ganas, de haber conocido una Iglesia viva… y a veces, volver a su realidad y encontrarse con un ambiente donde pueda parecer que los jóvenes no cuentan tanto, puede desanimarles. Yo les diría que saboreen a fondo todo lo vivido, que lo lleven a la oración. Un segundo paso es que busquen mantener el contacto con los peregrinos con quienes han ido, porque ese grupo de referencia les va a ayudar a saber descubrir lo vivido en su realidad concreta. Y si ya tienen un grupo de referencia, que vuelquen en él todo lo que han vivido. Y a partir de ahí, que se impliquen en su comunidad parroquial. Aunque en ocasiones encuentren dificultades, al joven le digo, como dicen en mi tierra, «sé un cansino, porque es la mejor manera de sentirte verdaderamente activo». Una de las orientaciones fundamentales de la Pastoral Juvenil es que el joven sea miembro activo de la comunidad. Por eso le digo: «Implícate, y aunque sea por cansino, verás que se te abren las puertas».

Ana María Medina

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