«Cuando me lo propusieron, sentí mucha responsabilidad, pues se abría un nuevo camino, era la primera seglar que la Diócesis enviaba a Roma para realizar estudios eclesiásticos», afirma Julia Manteca (Málaga, 1973). Esta malagueña pertenece a la parroquia María Madre de Dios, donde ha sido catequista desde los 15 años. En Málaga estudió Geografía e Historia, especializándose en Arte. Tras ser profesora en la Fundación Diocesana de Enseñanza, recibió la invitación del Sr. Obispo a estudiar Historia de la Iglesia en Roma. En la actualidad está haciendo su tesis doctoral sobre «La Diócesis de Málaga durante el episcopado del Cardenal Herrera Oria».
–La primera seglar que la Diócesis envía a Roma a realizar estudios eclesiásticos, ¿mucha responsabilidad?
–Tengo que reconocer que estuve un mes sin dormir. Cuando me lo propusieron, sentí mucha responsabilidad, pues se abría un camino. Al llegar a Roma, pronto me acostumbré a vivir allí, en una residencia de estudiantes dirigida por religiosas. Me he adaptado muy bien a los estudios, a los compañeros de clase, que casi todos son sacerdotes o religiosas, al Colegio Español donde siempre me reciben muy bien. Para mí está siendo una experiencia muy positiva, tanto en lo personal como en lo formativo. Además, se vive la Iglesia Universal de forma fascinante. Entre los 60 alumnos, sumamos 40 nacionalidades distintas.
–Ya has completado la licenciatura y ahora estás sumergida en el doctorado, ¿no es así?
–Me fui hace dos años y medio. Tras ver mis estudios previos y calificaciones, me organizaron un plan de estudio para tres cursos, que al final me agruparon en dos. A finales del curso pasado concluí la licenciatura en «Historia de la Iglesia» y el Sr. Obispo me pidió, a través de Gabriel Leal, que siguiera con el doctorado e incluso que estudie Archivística en la Escuela Vaticana, un tema que me apasiona.
–Historia de la Iglesia, Archivística, temas muy interesantes y que se salen de los estudios teológicos a los que se suele enviar a los sacerdotes malagueños.
–Pues sí. La Historia de la Iglesia, para mí, es un tema tan apasionante como la vida misma. Muchas veces nos dicen que tenemos que desligar la historia de la Teología, pero todos los que estamos estudiando en la Facultad de Historia y Bienes Culturales de la Iglesia, de la Universidad Gregoriana de Roma, somos creyentes, y vemos en la historia de la Iglesia, la propia historia de la Salvación.
–¿En qué tema vas a centrar el doctorado?
–Estoy aprovechando parte de lo que preparé para mi tesina, que versó sobre el Cardenal Ángel Herrera Oria en Málaga. Después de darle muchas vueltas, la tesis doctoral tratará sobre «La Diócesis de Málaga durante el episcopado del Cardenal Herrera Oria».
–Podemos afirmar entonces que una mujer va a escribir, desde Roma, parte de la historia de la Diócesis de Málaga.
–Ése es el objetivo. Ya he comenzado a investigar en los archivos diocesanos. Una tesis sobre historia es diferente a otro tipo de tesis, pues se basa mucho en los archivos y menos en los escritos anteriores sobre ese tema.
–Estar tanto tiempo lejos de Málaga puede resultaros duro. Son varios los sacerdotes de la Diócesis que están estudiando en Roma, ¿creáis ambiente malagueño?
–Efectivamente, una vez al mes, nos reunimos para rezar juntos y cenar. Y otro día al mes, un domingo, hacemos una excursión. D. Jesús Catalá nos pidió que compartiésemos estos momentos de convivencia entre nosotros y la verdad es que lo estamos haciendo, y es de agradecer. Y otro medio que usamos mucho para sentirnos en comunión con la Diócesis es leer y consultar la revista DiócesisMaálaga y la web. Estamos al día de todo lo que ocurre.