El Departamento de Patrimonio de la Diócesis de Málaga ha elaborado un archivo de más de 3.000 planos y proyectos gracias al cual será posible conocer la historia constructiva de los templos y centros parroquiales de la provincia en el siglo XX.
En palabras del director del departamento, el sacerdote Miguel Ángel Gamero, «se trata de documentos fundamentales para conocer la historia de la construcción y restauración de los templos y otras dependencias de la diócesis. Además, algunos de ellos también llevan incorporados estudios sociales de la población, por lo que también nos dan información sobre la situación socioeconómica de los núcleos urbanos ».
Había planos distribuidos por diferentes dependencias del Obispado, en despachos, archivos, y guardados en tubos. «Junto a los fondos del archivo histórico diocesano, siempre se pensó en hacer un planero para su mejor conservación e invetariado. Pero no éramos totalmente conscientes de la gran cantidad que se habían conservado. Así que, cuando fuimos ordenando cronológicamente la documentación, nos dimos cuenta de que tenemos la historia constructiva de la Diócesis de Málaga desde finales del siglo XIX hasta lo que se llamó «templos para Málaga del futuro», es decir, segunda mitad del s. XX, aunque con algunas lagunas», añade.
Hay que tener en cuenta que hablamos de planimetría hecha a mano, continúa Gamero, «por lo que son verdaderas obras de arte, elaboradas sobre todo en papel vegetal, encerados y otros tipos, son verdaderas joyas».
Además, en estos planos están representados la mayoría de los arquitectos más conocidos de Málaga, como es el caso de Enrique Atencia, que tras la guerra reconstruyó numerosos templos, o la familia Guerrero-Strachan en sus diferentes generaciones, por lo que los planos son de una gran calidad.
Ya están ordenados cronológicamente y «somos consciente del gran valor histórico que tenemos entre las manos. También es muy interesante la conservación de proyectos que nunca se llevaron a cabo, bien por falta de recursos o cambio de planes a nivel pastoral de la Iglesia. La génesis de la plaza de la Merced es un ejemplo de ello. Todos los cambios que sufrió el Seminario, la falta de dinero en ocasiones…. Y muchísimas parroquias de la Diócesis».
La labor fundamental ha sido de ordenación y catalogación para su mejor conservación. Como explica el director de Patrimonio, «tanto en el año 1931 como en el 36 la destrucción de los edificios religiosos fue muy grande, y tras la guerra civil comenzó la reconstrucción, rehabilitación y restauración de templos. Todo ello, sumado a la construcción del Seminario ex novo y al aumento de la población en la capital y, por ende, la necesidad de crear parroquias en los nuevos barrios de la época, los llamados “templos para la Málaga de futuro”, como santa Rosa de Lima».
Se trata, por tanto, de documentos fundamentales para conocer la historia de la provincia de Málaga, «también a nivel social, ya que en muchos casos se trata de planos que llevaban incorporados estudios sociales de la población. Ejemplo de ello es el documento sobre las escuelas rurales y el índice estadístico de analfabetismo que se realizó. Las escuelas capilla que se fueron construyendo en función de estos datos».
En una segunda fase del proyecto «nos centraremos en los planos digitales, pero estos no corren tanta prisa porque no se deterioran con el paso del tiempo».
Por su parte, Pablo Pastor, arquitecto técnico que lleva cerca de 25 años colaborando con la Diócesis de Málaga, afirma que tiene «el orgullo de poder trabajar en algunas reparaciones de iglesias, con temas de humedades, cambio de solerías, etc., pero siempre he acudido a la fuente para respetar el edifico, y gracias a ello, he ido descubriendo toda esta documentación de Atencia». Se refiere al último arquitecto diocesano nombrado por la Diócesis de Málaga, Enrique Atencia Molina, activo desde 1942, cuando muere su predecesor Fernando Guerrero Strachan, y se mantiene hasta 1988». Para Pastor, se trata de una «figura principal que llevo años estudiando y siguiendo, lo que también me ha servido para ver que muchas veces entre lo que él proyectaba y lo que se llevaba a cabo la obra variaba bastante porque hemos de recordar que toda esta reconstrucción se hizo en un tiempo en el que justo había concluido la contienda y se estaba viviendo la Segunda Guerra Mundial, por lo que la escasez de materiales era enorme, empezando por el acero… Él era un poco maestro de obra e iba resolviendo y cambiando las cosas conforme a los materiales que se podían encontrar en la época».