
La Iglesia de Málaga ha clausurado el Año Santo de la Esperanza este domingo, fiesta de la Sagrada Familia, con una Eucaristía en la Catedral, principal templo jubilar, presidida por el obispo, D. José Antonio Satué.
El prelado ha invitado a seguir viviendo la esperanza. «El jubileo no termina hoy, sino que empieza ahora. Si la gracia recibida no se traduce en gestos concretos de amor y reconciliación, se marchitará», ha dicho. «Os invito a acoger el reto de comenzar de nuevo en nuestras familias, parroquias, comunidades e Iglesia diocesana».
La Misa, concelebrada por los obispos eméritos de Málaga y Pamplona, D. Jesús Catalá y D. Francisco Pérez, así como por numerosos sacerdotes de toda la diócesis, ha contado con la participación de gran número de fieles diocesanos procedentes de parroquias de toda la provincia, comunidades cristianas, asociaciones y movimientos, también personas con discapacidad que han seguido la celebración por medio de la lengua de signos que les han acercado Isa Navarro, del área de discapacidad de la delegación de Catequesis, y Mónica Rielves, de la Acción Católica General. Todos ellos han querido cerrar en comunión un año que ha estado cargado de celebración, peregrinaciones a los templos jubilares y gestos de solidaridad con los más necesitados.
En su homilía, el Obispo, D. José Antonio Satué, ha expresado una pregunta: « ¿Qué haremos ahora con tanta gracia recibida? La respuesta que una y otra vez me ha brotado en la oración es esta: el Señor espera que nosotros volvamos a empezar. De su mano, por supuesto». El obispo ha animado a todos a empezar de nuevo en las distintas áreas de la vida: «en nuestro corazón, en nuestras familias, parroquias y comunidades, en la Iglesia diocesana y, también, en la sociedad».
Mons. @satuehuerto ha invitado también a ser signos de esperanza en la sociedad: «Unámonos decididamente a esta corriente todavía minoritaria que subraya el respeto, la verdad, el cuidado, en definitiva, la fraternidad». pic.twitter.com/AjNc1in4cG
— Diócesis de Málaga (@DiocesisMalaga) December 28, 2025
«El jubileo vivido ha fortalecido nuestra fe, ha avivado nuestra caridad, anclando nuestra vida en una esperanza que no defrauda, fortaleciendo en nosotros la humilde certeza de que Dios siga actuando, de que Dios ha vencido a la muerte y tiene una última palabra, una palabra de amor sobre nuestra existencia personal, sobre nuestras familias, sobre la Iglesia y sobre el mundo. Empezar de nuevo», ha dicho. Y ha añadido: «Acojamos pues en este marco jubilar la llamada de la Palabra de Dios que nos anima a no abochornar y a tener indulgencia, a vestirnos de misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión, a sobrellevarnos mutuamente y perdonarnos, porque el Señor nos ha perdonado. Y por encima de todo esto, el amor».
Aquí puedes leer y escuchar la homilía íntegra:
En el que era también el acto central del Día de la Sagrada Familia, ha habido ocasión de hacer presente a la familia como Iglesia doméstica. Matrimonios y familias de distintas realidades diocesanas han sido las encargadas de hacer las lecturas: Emi y Eduardo, de la parroquia de Santa María de la Amargura, acompañados por el canto de Saray, ciega, que ha cantado el salmo. Las ofrendas han sido llevadas por Sofía y Luis, acompañados de su hijo Luis, de siete años, de la parroquia de Santa María de la Victoria. Asimismo, el Obispo ha guiado la renovación de los votos de los matrimonios que han participado. En relación a ellos, D. José Antonio ha dicho en su homilía: «En esta Eucaristía queremos dar gracias por tantos matrimonios cuya mutua fidelidad, a pesar de las dificultades, refleja la fidelidad de Dios Padre con nosotros, y rezar por aquellas parejas jóvenes y por aquellas que viven momentos complicados, para que afronten este momento con esperanza».
PEREGRINOS EN LA CLAUSURA
Entre los fieles congregados se encontraba una representación de las Mercedarias de la Caridad, como la hermana Pilar Luque, de 85 años, que ha vivido 17 años en Alameda y ahora vive en la comunidad de Málaga. Para ella, este Jubileo es una bendición. «Estoy muy feliz de poder venir. La enfermedad de los años me deja limitada, pero lo he estado viviendo todo lo que puedo, con esperanza y alegría». Para Trinidad Hervás, ha sido la ocasión propicia para ganar el Jubileo. Ella ha sido presidenta de Adoración Nocturna Femenina Española, ANFE, en Málaga y ahora vive en la residencia de la Madre Carmen, de Málaga. «He querido venir a ganar la Indulgencia porque es un signo de sentirme cristiana». Josemari es feligrés de la Amargura, es sordo-ciego y expresa que «es la segunda vez que vengo. La primera fue en peregrinación con la parroquia. Luego me confesé, recé por el Papa y ahora, como cúlmen, el broche final. Estoy aprendiendo mucho y la experiencia me ayuda. Con paciencia me voy dando cuenta de muchas cosas y las voy guardando en mi corazón. Todavía me queda mucho que aprender sobre la fe. Ahora tengo la Biblia en braille, gracias a la ONCE, y eso me ayuda a poder vivir la fe como los oyentes, ese es mi deseo, de que todos podamos tener las mismas oportunidades y vivir lo mismo». Josemari expresa que su fe se robustece así: «Confío mucho en Dios y tengo mucha esperanza».
D. José Antonio @satuehuerto ha clausura en la Catedral de Málaga el Jubileo de la Esperanza con la invitación a atrevernos a empezar de nuevo en todos los ámbitos de la vida personal, eclesial y social. Y ha terminado con estas palabras: «Mantengamos la esperanza». pic.twitter.com/MAWWQVkqps
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La colecta ha sido destinada a la labor de las Adoratrices con las víctimas de la trata, que ha sido la intención social llevada a cabo durante todo el Año Jubilar por la Iglesia española. En representación, la hermana María Mateo, superiora de la comunidad, ha explicado brevemente el trabajo que realizan. En las preces se ha tenido muy presente el dolor de los afectados por las inundaciones causadas por las lluvias en Málaga. La celebración ha sido acompañada musicalmente por el Coro de la Catedral, con la intervención especial de Luis Pacetti como solista y director, y un repertorio musical propio del tiempo de Navidad.
Tras la Misa, el Obispo ha ofrecido a todos en veneración la imagen del Niño Jesús, y a continuación se ha celebrado, en la Catedral, un recital flamenco navideño a cargo de la Peña Juan Breva, con el cante de José de Chaparro, acompañado a la guitarra por Chaparro de Málaga, a modo de Jubileo Flamenco.
AÑO DE FRUTOS DE ESPERANZA
Este Año Jubilar se inauguró diocesanamente el 29 de diciembre, a las 11.30 horas, en la Catedral de Málaga, presidida por el entonces Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá. La celebración comenzó a las 10.30 horas en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, en calle Granada. Desde allí partió una procesión representativa de la diócesis hacia la Catedral. Desde entonces, se han sucedido las peregrinaciones, los actos vinculados a la esperanza, los recursos creados y compartidos… Entre ellos, la Diócesis ha compartido cada mes un vídeo y un guión de adoración para acercarse, cada mes, a un «lugar de esperanza»: la paz, la familia, los ancianos, los enfermos, los encarcelados, los jóvenes, los migrantes, los consagrados…
En la Diócesis han sido templos jubilares este año, además de la Catedral, la Casa del Sagrado Corazón (Cotolengo) y la parroquia del Sagrado Corazón de Melilla, aunque también la cárcel ha visto simbolizada esa puerta jubilar de la esperanza que el obispo abrió junto a las personas privadas de libertad el 22 de febrero en el Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre. En los distintos templos jubilares se han vivido durante estos meses celebraciones especiales que han nacido de los arciprestazgos, comunidades, grupos y realidades eclesiales como Cáritas, delegaciones, centros… Numerosos grupos, como los jóvenes, los misioneros, miembros de las hermandades y cofradías o alumnos de los centros teológicos, han acudido a Roma a ganar este Jubileo. Lo más destacado se ha visto reflejado en esta web y en la propia creada para este Año, jubileo.diocesismalaga.es, además del calendario con los principales eventos diocesanos.
LAS VOCES DEL JUBILEO
Guillermo Tejero, responsable de coordinar las celebraciones jubilares en la diócesis de Málaga, hace balance del año: «Hemos vivido momentos muy intensos de peregrinación, encuentros y celebraciones que han sido profundamente fructíferos. En ellos se ha percibido una auténtica esperanza y muchas ganas de encuentro, tanto con Dios como entre nosotros». Entre los frutos del Jubileo, destaca «la llamada a una renovación en la esperanza, y algo que nos ha sorprendido muy positivamente: la participación de todo el pueblo de Dios. Las peregrinaciones, tanto a la Catedral como al Cotolengo y a la iglesia del Sagrado Corazón de Melilla, han sido auténticos momentos de encuentro. Ha sido una experiencia que nos ha recordado que cada cristiano tiene una misión y una tarea, y que juntos estamos llamados a hacer crecer la esperanza».
Patricio Fuentes, director del Cotolengo, explica que este año «ha sido una explosión de esperanza para nosotros, y ha logrado también que la casa haya sido más conocida, aún si cabe, en Málaga. Y es una suerte grandísima poder, además, transmitir esperanza a las personas acogidas, y que tantas otras hayan tenido sensibilidad para celebrar este jubileo en nuestro templo, humilde pero también tan significativo y lleno de sentido. Porque son las personas más desfavorecidas, las que viven en esta casa, las más necesitadas de esperanza».
La ciudad autónoma de Melilla ha celebrado, por la distancia, su propia clausura jubilar en la iglesia del Sagrado Corazón, también este 28 de diciembre pero a las 12.00 horas. Desde allí, el vicario episcopal, Eduardo Resa, explica que «los cristianos de Melilla agradecemos que se nos concediera esta gracia particular, porque así ha habido muchísimo más acceso a ganar esas indulgencias y todo lo que conlleva este año de gracia del Señor. Desde que lo inauguramos, el día de la Sagrada Familia del año pasado, parroquias, colegios, jóvenes, mayores, grupos de religiosos y religiosas y toda la comunidad cristiana de Melilla ha atravesado una puerta simbólica de acceso al templo que preparamos». En su voz, un deseo para que lo vivido no se acabe: «Todo este año 2025 hemos dicho que somos “peregrinos de esperanza”. Ahora nos toca, especialmente a los cristianos y más en esta hermosísima ciudad de Melilla, ser sembradores de esperanza para cualquiera que se nos acerque, que nos lo pida, incluso aunque no comparta nuestro credo»

