Al presentar al mundo la encíclica Fratelli Tutti el Papa afirmó: «la ofrecí a Dios en la tumba de san Francisco, de quien me inspiré, como en la anterior Laudato Si´. Los signos de los tiempos muestran claramente que la fraternidad humana y el cuidado de la creación constituyen el único camino hacia el desarrollo integral y la paz, ya indicado por los Santos Papas Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II».
Ya en 2015 cuando el Pontífice promulgó la Encíclica Laudato Si´, invitó a todas las personas de buena voluntad a cuidar la Tierra, nuestra casa común y señaló que, desde hace tiempo, «esta casa que nos acoge sufre las heridas que provocamos por una actitud depredadora, que nos hace sentir dueños del planeta y de sus recursos y nos autoriza a un uso irresponsable de los bienes que Dios nos ha dado». Y añadió que, «hoy, estas heridas se manifiestan dramáticamente en una crisis ecológica sin precedentes que afecta al suelo, al aire, al agua y al ecosistema en el que viven los seres humanos».
Incluso en la homilía que pronunció durante la oración extraordinaria ante la pandemia por coronavirus que concluyó con la bendición «Urbi et Orbi», el Obispo de Roma afirmó que, «no nos hemos detenido ante tus llamadas, no nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo. Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo. Ahora, mientras estamos en mares agitados, te suplicamos: “Despierta, Señor”».
En este sentido, Francisco explicó en su carta al cardenal Peter Turkson con motivo de la Conferencia “Construyendo la Fraternidad, Defendiendo la justicia. Retos y oportunidades para la población insular” celebrada este año que, «puesto que «todo está relacionado”, el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás».
Encíclica Fratelli tutti (con recursos)