Con la llegada del verano la Diócesis se llena de fiestas en torno a las diferentes advocaciones de la Virgen. Especialmente durante el mes de agosto, no hay rincón que no recuerde a la «Madre que nos acompaña en nuestro peregrinar de creyentes como signo de esperanza cierta» explica Alberto Ruiz, profesor de Mariología del ISCR San Pablo. Y es que como dijo el Papa Juan Pablo II en una de sus visitas a España, «Andalucía es la tierra de María Santísima».
Rosario, Asunción, Gracia, Cabeza, Esperanza, Inmaculada, son sólo algunas de las advocaciones de la Virgen que se celebran estos días en la Axarquía interior. Como afirmó el Papa Pío XII en un congreso mariano en España en 1954 «España ha sido siempre, por antonomasia, la tierra de María Santísima y no hay un momento de su historia, ni un palmo de su suelo, que no estén señalados con su nombre dulcísimo. La histórica catedral, el sencillo templo o la humilde ermita a Ella están dedicadas,… Eran pinceles españoles los de Juan de Juanes, Zurbarán, El Greco y Murillo; y por eso rivalizaron en representarla a cual más hermosa».
«Las numerosas advocaciones de la Virgen durante el mes de agosto parecen entremezclar razones teológicas, litúrgicas y culturales» explica Alberto Ruiz, Misionero Oblato de María Inmaculada y profesor de Mariología del ISCR San Pablo. «No es fácil discernir cuál de ellas pesa más en el origen. Sin embargo, la dimensión litúrgica, por su antigüedad, representa el punto de apoyo más seguro.
Todo comenzó a mediados del siglo VI d.C. en el oriente cristiano. Desde esta época tenemos noticias de la celebración de la fiesta de la Dormición de María, siendo el Papa Sergio quien la introdujo en el occidente cristiano, dándole el nombre de la Asunción. Tanto en oriente como en occidente, se celebró dicha fiesta el 15 de Agosto, tal y como la seguimos celebrando hoy. A esta razón litúrgica hemos de añadirle la teológica. Con esta fiesta celebramos los cristianos nuestra esperanza, llegar a estar un día en el cielo con el Señor Jesús. Pero, además, ver a María asunta a los cielos nos hace otorgarle un papel de especial intercesión ante su Hijo. Esto último parece ser el motivo teológico que se unió a un aspecto muy vinculado al mundo rural. De hecho, culturalmente, el mes de Agosto era el tiempo de haber recogido la cosecha y de pedir por la nueva que se iba a sembrar.
Para ello, ¿qué mejor intercesora que María, nuestra Madre, asunta a los cielos y siempre compasiva con sus hijos? Seguramente, esta razón, unida a un momento del año más propicio para festejos, llevó consigo la multiplicación de fiestas en honor de la Virgen María. Las numerosas advocaciones pueden deberse a nuestro deseo de querer experimentar una preocupación especial de la Virgen por cada uno de nosotros en particular. De este modo, cada pueblo le da un nombre propio. Pero no debemos olvidar que todas estas advocaciones proceden de un fondo común: nuestra Madre nos acompaña en nuestro peregrinar de creyentes como signo de esperanza cierta».
VIÑUELA: LA VIRGEN AL PIE DE LA CARRETERA
La patrona de la Viñuela es la Virgen de las Angustias, a la que se le tiene mucha devoción en la Axarquía, afirma Alejandro Morales Téllez, empeñando en fomentar la devoción a la Virgen. «La procesión es multitudinaria y viene mucha gente de fuera a participar. El origen de la Virgen de las Angustias en la Viñuela es muy curioso,se remonta a 1900, cuando se construyó la carretera de Vélez hacia Zafarraya. El constructor era de Granada e hizo una promesa en la que pedía que si todo salía bien y no había ningún accidente entre los trabajadores, el construiría una ermita al pie de la carretera, y así fue. Él mismo donó la imagen de la Virgen de las Angustias, que durante todo el año permanece en su ermita a las afueras del pueblo. Pero a finales de julio se traslada a la parroquia de la Viñuela donde permanece todo el verano, para volver a su ermita en septiembre. Es muy normal ver a lo largo del año mujeres descalza camino de la ermita, que han hecho promesas o mandas, como se les dice en la zona».
LAS ESCUELAS CAPILLA DE LA VIRGEN
«Son muchos los pueblos de la Diócesis que conservan la tradición de venerar a la Virgen que tenían en sus escuelas capilla», como afirma el arcipreste de la Axarquía Interior, Francisco Sánchez, ejemplo de ello son, Pasada de Granadillo y Río Bermuza que veneran a la Virgen de la Inmaculada «porque ella estaba en muchas de estas capillas rurales». Capillas que se convertían en escuela y viceversa, con tan sólo correr una cortina y que hicieron posible que muchos niños pudieran estudiar gracias a la labor que llevaron cabo, obispos como D. Manuel González y D. Ángel Herrera Oria. Estas capillas solían tener una imagen de la Virgen niña junto a otra de la Inmaculada. «Ahora, aunque no se conserven las escuelas, el culto sigue vigente. En ocasiones, por los antiguos alumnos» explica Francisco.
Ejemplo de ello es Remedios Marín, de Salto del Negro, que afirma que es muy devota de la Virgen Milagrosa. «Me he criado con ella. En el colegio lo primero que hacíamos al llegar era abrir la puerta corredera de la capilla, para verla. A la hora de clase la puesta se cerraba y al terminar la jornada volvía abrirse para ser capilla».
Por su parte, Genoveva Gómez de la Barriada Los Gómez explica que ella «es muy devota de todas las vírgenes, es la madre todos, la más grande y puede con todo. Pero yo le pido más a la Virgen del Carmen. Crecí con ella y soy su cuidadora. Hace muchos años esta capilla fue una escuela rural».
Beatriz Lafuente
