El 4 de mayo, Encuentro Diocesano de Pastoral Gitana en La Palma-Palmilla.
Cuando Juan Pablo II beatificó al primer gitano, Ceferino Giménez, dijo en su homilía «Su vida muestra cómo Cristo está presente en los diversos pueblos y razas y que todos están llamados a la santidad». Estas palabras las pone en práctica la Pastoral Gitana cada año en su Encuentro diocesano, que en esta ocasión se celebrará en la parroquia de San Pío X, en La Palma- Palmilla, el 4 de mayo y tiene como protagonista al beato Ceferino.
El Encuentro comenzará a las 12.00 horas, con la acogida, a las 12.30 habrá una eucaristía que concelebrará Pepe Planas, cura de Campañillas, «que al ser gitano, es muy querido por los suyos. Será una eucaristía al estilo gitano, con cante flamenco incluido, que es como les llega realmente, al igual que en la pastoral juvenil se cantan canciones para los jóvenes. El cante y baile son el modo de orar de este pueblo», explica, Trinidad Ruiz, miembro de pastoral gitana.
Los gitanos «tienen que ser protagonistas de su propia evangelización, son los que tienen que participar. Por eso es tan importante que la evangelización parta de ellos mismos. De hecho en otras diócesis españolas se está llevando a cabo con la ayuda de los diáconos permanentes». Tras la celebración tendrá lugar un almuerzo, un arroz que hará de «el tío Joaquín», el mismo que posteriormente bendecirá la mesa ya que es el de mayor edad de los asistentes. Tras el arroz habrá una fiesta, café, pastas, cante y baile.
«El cuadro que usaremos para celebrar el día del beato Ceferino, es obra de una chica de Churriana, Esperanza Muñoz, se llevará a la parroquia expresamente ese día, ya que esta pieza es itinerante como los gitanos. Se suele quedar en la parroquia donde se celebra la pastoral, pero este año se quedará en la guardería del mismo barrio, Santa Teresa, de las Hijas de la Caridad» afirma Trinidad, que lleva más de 14 años trabajando en la pastoral gitana y cree que «todavía existe mucha discriminación y tenemos que trabajar para que esa discriminación se termine. Cómo queremos entender al Otro sin entender al otro más cercano, es imposible acercarse a Dios si no te acercas a tu hermano».
Por su parte el delegado diocesano de Migraciones y Gitanos, Ramón Muñoz, insiste en que «la dificultad del pueblo gitano es que lleva seis siglos con nosotros y sigue siendo el colectivo más marginal de la población española, es decir, el proceso de integración no se ha dado todavía, hay mucho rechazo. La dificultad para acoger a este colectivo con su propio valor cultural, y su manera de expresar su fe, es uno de los grandes retos de la Iglesia de estos días. Debemos salir al encuentro, son nuestros hermanos».
NIEVES ESCALONA: «CUANDO ERA NIÑA, EL SEÑOR ME DIÓ UN «TRAQUETEÓN»»
Ya con 12 años, en Competa, su pueblo natal, Nieves Escalona, de 77 años, explica que aunque «mi familia no me explicó nada de Dios, yo iba a misa y me gustaba ayudar a los demás», cuidaba enfermos porque como ella dice le «salía de dentro». Fue entonces cuando «el Buen Pastor me dio un traqueteón y me llamó por mi nombre» y desde entonces le sigue. Con 17 años se trasladó a Málaga capital, donde conoció a su marido. «Él era inválido, pero a mi no me importó, nos queríamos al perder, tuvimos cuatro hijos maravillosos. Pero se me murió a los 28 años. Entonces, viuda, un día en misa sentí la voz de Jesucristo, que me dijo: «cuando tu marido vivió tenías la obligación de cuidarlo, pero ahora te voy a poner una misión en tu barrio, La Cruz Verde». entonces le pregunté: «Señor: ¿qué es una misión?» Desde ese día me dediqué a ir de la mano del Señor a ayudar a enfermos y drogadictos, a los que llevaba a mi casa, les daba de comer y los acostaba en mi cama. La gente me decía que me iban a pegar enfermedades, pero yo sé que esas personas necesitaban mi ayuda, ¿cómo me iba a sentar a la mesa y mis vecinos sin comer?». Colaboradora habitual de la Pastoral de Enfermos, explica que «a unos les cantaba o les bailaba, a otros los lavaba o les daba de comer».
Cuando la gente la veía tan feliz, ella contaba «ahora es cuando soy más feliz, desde que Jesucristo ha entrado en mi vida y está conmigo a diario, en cada vecino, en cada enfermo. Todos los días doy las gracias al Señor y le digo que no me merezco tanto. Ojalá no me muera sin que mis hijos vean la luz de su rostro, sin que me digan que han aprendido algo de lo que yo he sembrado en el barrio».
TOMASA LOSADA: «TODOS ESTÁIS INVITADOS»
Tomasa Losada: «Los gitanos siempre hemos sido cristianos y hemos tenido mucha fe en Dios, en la parroquia te ayudan mucho y sobre todo si tienes fe. Yo invito a todos a que vengan». «Cuando nos contamos nuestros problemas unos a otros, parece que no, pero te ayuda sólo con que te escuchen. Por eso invito a todos, gitanos y no gitanos a que nos acompañen el 4 de mayo».