Rosa Bejarano y Ramón Acosta, delegados de Pastoral Familiar de la Diócesis de Málaga, han participado en el X Encuentro Mundial de Familias celebrado en Roma, con la participación de 25.000 delegados de todo el mundo, presididos por el papa Francisco. En dicho encuentro, conocieron en persona a Carla Ferrando-Bowling, responsable de la Oficina de Familia y Vida de la Archidiócesis de Washington.
«Nos conocimos, virtualmente, antes de ir a Roma, pues a Carla le había llegado nuestra web de la Delegación de Pastoral Familiar y sentía curiosidad por conocer cómo funcionamos. Le llamó muchísimo la atención que todo lo hagamos de forma voluntaria, sacando tiempo de nuestro día a día. Aprovechando que, tras el encuentro en Roma se vino unos días a descansar, junto a su familia, a la Costa del Sol, los acompañamos a visitar al Sr. Obispo, D. Jesús Catalá. Ha sido un encuentro entrañable, una primera toma de contacto de lo que puede dar como fruto proyectos en común», explican Ramón y Rosa.
Estos encuentros nacieron en 1994, declarado por las Naciones Unidas como «Año Internacional de la Familia». El papa de entonces, san Juan Pablo II, quiso que se celebrara también en la Iglesia y así nació el I Encuentro Mundial de las Familias, que tuvo lugar en Roma los días 8 y 9 de octubre de 1994.
El hilo conductor de las jornadas de reflexión ha sido, en esta ocasión, «el amor familiar: vocación y camino de santidad». En palabras de Ramón Acosta, «los testimonios han sido desgarradores, realidad pura. Pudimos escuchar a matrimonios que han vivido en soledad y no se han sentido acompañados; testimonios de grandes infidelidades y aún más grandes perdones; de acogida; de muerte de una hija santa, de viudez… Al final del festival de las familias del primer día, el Papa nos lanzó una pregunta: «¿Qué nos dice el Señor con estas cosas? ¿Qué respuesta damos con nuestra vida?”. Y aún estamos rumiándolo».
Tras regresar de Roma, Rosa y Ramón no dejan de dar vueltas a muchas cuestiones: «Hay tantas cosas buenas en las familias, también tantas dificultades y sufrimientos que son necesarias familias fuertes y enraizadas en el amor para que abracen y acompañen a otras con más problemas. Nuestra vocación y el arduo camino hacia la santidad pasa por reconocer y aligerar las cruces de otras familias. Muchas veces, esas luces de dolor deben despertarnos para entender lo que Dios nos pide en cada momento; esto nos hace cambiar nuestra mirada ante el otro y hace que nos levantemos de nuestras comodidades para acompañar en la aventura de descubrir ese tesoro que Dios ha puesto en el camino de cada familia».
«Acercarse a Roma es vivir una experiencia de Iglesia Universal que te llena el corazón, y compartir este encuentro en el Aula Pablo VI con tanta gente creyente de todo el mundo es algo único. Hemos participado casi todos los delegados de Pastoral Familiar de España y eso ha suscitado que compartamos muchas ideas y proyectos y que vengamos llenos de ideas para poner en marcha», explica el matrimonio malagueño.
Entre todos esos temas, las novedades digitales también estuvieron presentes con una pregunta directa a los presentes: «A Zaqueo Jesús le dijo hoy estaré en tu casa, ¿cómo se hace presente hoy con las herramientas digitales para entrar en cada familia? Ha de ser un modo por el que las pantallas nos alejen de las pantallas. No cerremos las puertas del cenáculo por miedo y abramos las puertas digitales para que el Espíritu Santo entre en cada familia, para que hagan real lo virtual, con su presencia».
«No dejemos solos a quienes viven situaciones difíciles», repitió el papa Francisco en varias ocasiones, «todos ustedes cónyuges, formando su familia, con la gracia de Cristo han hecho esta elección valiente: no usar su libertad para ustedes mismos, sino para amar a las personas que Dios ha puesto a su lado», añadía el Papa y se preguntaba: «¿Por qué tanto tiempo para preparar a un sacerdote y tan poco para los esposos? Olvidemos el “siempre lo hemos hecho así”, pues hablamos de preparar para dar respuesta a una vocación. Tenemos que prepararnos para una vida que hay que vivir, no llenemos las paredes de diplomas, sino de corazones que quieren construir juntos un futuro en común».
Al final del encuentro, el Cardenal Farrell dirigió un saludo al Papa, en nombre de todas las familias reunidas en la Plaza de San Pedro y de aquellas conectadas a través de los medios y las redes sociales, y anunció que el próximo encuentro de las familias con el papa Francisco será el ‘Jubileo de las Familias’, que se celebrará en Roma en el marco del Jubileo de 2025, mientras que el XI Encuentro Mundial de las Familias tendrá lugar en 2028.
