Una vez terminada la procesión, se llevaban a sus iglesias las formas consagradas por el Obispo para distribuirlas en comunión.
La Catedral, y de ahí su nombre, es la sede de la cátedra del Obispo. El lugar desde donde este imparte su mensaje pastoral. Nuestra Catedral lleva casi cinco siglos presidiendo la vida de la diócesis y no solo en el sentido espiritual: vayamos donde vayamos en nuestra ciudad, podemos sentir la presencia de su única torre recordándonos que esta casa de todos los malagueños, está siempre dispuesta a acogernos. La importancia del primer templo de la ciudad era ya latente en la Roma de los primeros cristianos: cada iglesia organizaba procesiones estacionales desde sus sedes hasta la Catedral para participar con su obispo en las ceremonias que allí se celebraban.
Una vez terminada la procesión, se llevaban a sus iglesias las formas consagradas por el Obispo para distribuirlas en comunión.
El deán de la Catedral, Francisco García Mota señala que, actualmente, en los días de fiesta grande, la Catedral sigue invitando a los cristianos de las distintas parroquias a celebrar con la gran comunidad diocesana los acontecimientos más importantes en la vida de la Iglesia. Sin embargo, García Mota, nos recuerda que la vida de todo feligrés debe estar ligada a la de su parroquia correspondiente. De hecho, nuestra Catedral está comprendida en la parroquia de Santiago Apóstol y es en sus libros donde se registran los sacramentos administrados en el primer templo de la ciudad.
Uno de los aspectos por los que se señalan las celebraciones que tienen lugar en la Santa Iglesia Catedral, según el deán, es por el exquisito cuidado con el que se desarrollan los cultos. Así, cada día los canónigos rezan, con todos los fieles que quieran acudir, laudes, seguidos de la Santa Misa, y las horas intermedias.
El día anterior a las fiestas grandes se rezan vísperas y los días de precepto, la Misa de 12 del mediodía se solemniza con la actuación de una coral.
