«La capacidad de amar marca la diferencia con cualquier IA»

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Juan Antonio Perteguer es cofundador y director de los colegios Edith Stein y Chesterton de Madrid, director del máster en Dirección de Centros Educativos Católicos de la Universidad CEU San Pablo y patrono de la Fundación Vaticana Renaissance, dedicada a la ética en la inteligencia Artificial (IA). Es uno de los ponentes de las Jornadas de Fundación Victoria en las que los docentes reflexionarán sobre el impacto de la IA en la labor educativa.

¿Cómo sé que me está respondiendo usted a esta entrevista y no es una IA?

Aunque la tecnología actual permite que la IA genere respuestas con gran coherencia, es fundamental comprender que una máquina simplemente imita el lenguaje humano, lo hace muy bien pero es pura apariencia. Mis respuestas parten de una reflexión profunda y una experiencia de vida que implica interioridad, relación, discernimiento y capacidad de decidir en libertad, aspectos que ninguna IA puede replicar genuinamente. La intimidad, la relación, el encuentro con el otro, el acompañamiento personal, la capacidad de amar, marcan la diferencia con cualquier IA por muy buena imitadora que sea.

La misma dificultad la tienen ahora los profesores a la hora de corregir un examen online o un trabajo… 

Esta dificultad no es nueva, antes los trabajos se copiaban de las enciclopedias, luego del «rincón del vago», de Internet… Ahora quizás la dificultad sea un poco mayor pues la IA facilita enormemente la presentación de trabajos y el tener una ayuda potente en exámenes online. Tal vez sea el momento de replantearnos el enfoque educativo y priorizar estrategias que fomenten la creatividad, el análisis crítico, el método socrático y escolástico, en lugar de recurrir solo a herramientas antiplagio. Sin desmerecer el aprendizaje memorístico base de todo raciocinio, creo que hay que fomentar la creatividad personal, el pensamiento crítico, el trabajo en grupo, las exposiciones y presentaciones orales… y sobre todo las relaciones humanas. Un docente no puede ceñirse a un libro de texto o su asignatura, tiene que centrarse en cada alumno, en cada alumna, y para ello la IA puede ser una herramienta aliada.

¿A qué reto nos enfrenta la IA para la educación de nuestros hijos? 

Cada vez que veo a un niño con el móvil mirando absorto los vídeos que un algoritmo le va presentando, pienso que algo estamos haciendo mal. Es el algoritmo el que decide lo que ven nuestros niños y no sus padres o docentes. Una solución podría ser establecer límites adecuados al uso de pantallas en la infancia (por ejemplo, restringiéndolas antes de los 7-8 años) y regular estrictamente el acceso a redes sociales hasta la madurez suficiente (alrededor de los 16 años). Por otra parte, sabemos que la IA puede imitar procesos cognitivos, pero no puede sustituir una relación auténtica con Dios y con el prójimo. Como padres y educadores, podemos enseñar a nuestros hijos a dominar la IA para usarla como una herramienta y a no dejarse manipular por una IA entrenada por desconocidos y con fines inciertos.

Todo no va a ser negativo. ¿Qué ventajas nos va a ofrecer?

Utilizada de forma responsable y ética, la IA puede convertirse en una herramienta valiosa para la educación, puede ayudar a la personalización del aprendizaje, a ofrecer un tutor-profesor particular que se adapte a las necesidades educativas individuales. También puede liberar al docente de tareas repetitivas y burocráticas y que le facilite tiempo para el encuentro personal con cada alumno. Si aprendemos a usarla bien, puede ser una valiosa herramienta en manos de un buen docente.

El Papa ha dedicado mensajes a la IA y nos invitaba a construir una sociedad más humana. ¿En qué medida la IA puede ayudarnos a ser más humanos?

El Papa, a través de la Fundación RenAIssance y del Dicasterio para la Cultura y la Educación, nos recuerda que la humanidad se expresa en la capacidad de establecer relaciones auténticas, de contemplar la belleza, de crear y de amar. La tecnología debe estar al servicio de estos valores y no sustituirlos. En este sentido, la «Rome Call for AI Ethics» del Vaticano promueve principios fundamentales como la Transparencia, la Responsabilidad y la Inclusividad, asegurando que la IA sirva al bien común y respete la dignidad humana. La IA, al encargarse de tareas rutinarias, puede liberar tiempo para que los seres humanos se centren en el encuentro personal, el diálogo, la esperanza y el amor. La educación debe centrarse en la esperanza de que cada alumno, con talentos únicos, desarrolle su vocación al servicio de los demás. Esta esperanza y la relación con Dios y con el prójimo son inimitables y constituyen el verdadero motor de la misión pastoral y educativa de la Iglesia.

¿Cómo usaría Jesús la IA? ¿A qué nos llama la IA como cristianos y como Iglesia? 

Jesús probablemente utilizaría la IA como un medio para facilitar la comunicación del Evangelio, acercarse a los más alejados y potenciar la solidaridad entre las personas, pero nunca como un sustituto de la relación personal y el encuentro auténtico. De hecho, la Iglesia ya está utilizando la tecnología y la IA en múltiples iniciativas, como la evangelización a través de plataformas digitales, la formación en línea para catequistas y la traducción automática de documentos eclesiales para llegar a más fieles en todo el mundo. Estas aplicaciones muestran cómo la tecnología puede ser un medio para fortalecer la misión pastoral y educativa de la Iglesia. Jesús, que es el Camino, Verdad y Vida, usaría la IA para acercarse a cada persona y difundir el Evangelio. Sin embargo, la esencia del mensaje cristiano radica en la capacidad de amar y restablecer relaciones personales, algo que la IA no puede replicar. 

En conclusión, la inteligencia artificial es una herramienta valiosa que, utilizada con discernimiento, responsabilidad y ética, puede fortalecer el aprendizaje y la enseñanza. Sin embargo, debe estar siempre subordinada al desarrollo integral del ser humano. Sus límites son evidentes: la IA no puede establecer relaciones auténticas ni ofrecer esperanza. La verdadera educación se basa en la relación personal, en el encuentro con Jesús de la mano de la Virgen María, para un encuentro personal con cada alumno y alumna, y en la convicción de que cada persona, imagen de Dios, posee un potencial único para desarrollar sus talentos y ponerlos por amor al servicio de los demás.

MUY PERSONAL

¿iPhone o Android?
Android, me gusta ser libre y experimentar.

Un santo que no haya subido a los altares
Cada docente, padre o madre de familia que vive en silencio su entrega, su vocación. Si tengo que dar un nombre, Chesterton.

Una canción que le haga llorar
“’Hallelujah’ de Leonard Cohen.

Otra que le ponga contento
“No tengo miedo de la libertad”

Nombre del maestro que le marcó y por qué:
Don Lope, profesor de Filosofía, que a los 15 años me abrió la mente a las maravillas de la razón y la fe. Y Ochoa, mi profesor de matemáticas de COU, que con su sana exigencia me demostró que podía mucho más.

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