En la tarde del jueves 23 de octubre, más de 250 personas se congregaron en el corazón de la ciudad para alzar la voz por quienes muchas veces nos resultan invisibles: las personas sin hogar.
La jornada comenzó en el salón de actos de Cáritas Diocesana, donde Belén García, responsable del Hogar Pozo Dulce, presentó la campaña “Sin hogar, pero con sueños”. Junto a ella, voluntarios y participantes del centro compartieron sus historias, sus preocupaciones y, sobre todo, sus sueños. Fue un momento profundamente emotivo, donde la esperanza se hizo palabra.
Tras esta primera parte, los asistentes se desplazaron hasta la Plaza de la Constitución, donde se celebró el acto público central, guiado por Anselmo Ruiz, técnico del Área de Acción Social de Cáritas Diocesana. Allí, junto a otras entidades de la Agrupación de Desarrollo para Personas sin Hogar, se realizó una representación simbólica en la que varias personas en situación de sinhogarismo simularon dormir en la calle, mientras la voz en off del compositor y cantante Unai Quirós acompañaba el silencio para guiar la reflexión.
El manifiesto de la campaña fue leído por personas que conocen de cerca esta realidad, quienes saben muy bien lo que significa vivir sin hogar. Sus voces, libres y valientes, expresaron anhelos, denuncias y sueños ante una plaza llena de vida y escucha.
“Soñamos con algo muy sencillo y profundamente humano, que todas las personas tengan garantizado su derecho a un nivel de vida digno, un derecho que asegura el acceso a la salud, a una vivienda adecuada, a una alimentación suficiente, al vestido, a la asistencia médica, a servicios sociales y a una red de protección ante la adversidad” expresaba una de estas personas.

En el acto, las personas acogidas en distintos recursos de la ciudad estuvieron arropadas por el personal técnico y voluntario que cada día los acompaña, acoge y orienta. “Queremos visibilizar los sueños silenciados de quienes se enfrentan diariamente a múltiples barreras, personas que aun trabajando no pueden acceder a una vivienda, personas migrantes atrapadas en la invisibilidad, víctimas de violencia machista que no encuentran una salida segura, personas con discapacidad que no hallan oportunidades laborales, etc.”, incidía una de estas voces.
El acto concluyó con la música de Unai Quirós, quien interpretó la canción “Calor y Café”, compuesta con motivo de la creación de este centro de acogida nocturna hace ya más de ocho años, un canto a la dignidad, al calor humano y a la fraternidad.
En estos días, las Cáritas parroquiales y arciprestales también están llevando a cabo actos de concienciación en sus respectivas localidades, con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía sobre el sinhogarismo. Esta realidad, como señala María Jesús Oliveira, responsable del Área de Acción Social de Cáritas Diocesana, “muchas veces pasa desapercibida”. Son jornadas en las que los esfuerzos se centran en dar visibilidad a quienes viven en situación de calle, personas que enfrentan diariamente la indiferencia y múltiples barreras. Por eso, afirma Oliveira, “aunque solo sea por un momento, me gustaría que todos fuéramos capaces de ver y reconocer la vida tan complicada que tienen estas personas”.

