Abstenerse de comer carne el Miércoles de Ceniza, los viernes de Cuaresma y el Viernes Santo es práctica secular. Sí. Tiene muchos años a la espalda.
En los días establecidos por la Iglesia, los católicos deberían cumplir el precepto de la Iglesia de la abstinencia de carne, roja o blanca y sus derivados. Obligaría a los que han cumplido catorce años; aunque la Conferencia Episcopal de cada país, como leemos en el Código de Derecho Canónico, canon 1253, puede determinar el modo de observar la abstinencia, así como sustituirla en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad. Toda una declaración de principios y flexibilidad. Vayamos más allá del mero hecho de la abstinencia. Descubramos en esta práctica cuaresmal necesaria una llamada a suprimir todo aquello vinculado a la corrupción para vivir como hijos e hijas de la luz.