Juan Fernández es el nombre de uno de los aspirantes al diaconado permanente de la Diócesis de Málaga. Está casado y es padre de dos hijos.
Él mismo se presenta así: «Tengo una preciosa familia junto a mi mujer Toñi y mis dos hijos Juan y María, que cada vez se van haciendo mayores. Y pido al Señor que los acompañe y guíe como ha hecho conmigo. Siempre les digo que lo más importante en la vida es el Señor, aunque no sé si aún llegan a comprender la importancia de este mensaje, en apariencia tan simple, pero tan cierto y profundo».
Pertenece a la parroquia de Nuestra Señora del Socorro, en Casabermeja, «una parroquia llena de necesidades, en la que los miembros de la comunidad y el párroco, D. Nicasio Gail, hacen el esfuerzo para sacarla diariamente adelante. El Señor ha debido estar llamándome siempre. Lo veo ahora al mirar hacia atrás y verle en todos los momentos de mi vida, en los que me ha acompañado y ha procurado siempre lo mejor para mí, aunque mis planes fueran por otro sitio».
Juan reconoce que, «ante mi despiste y sordera para reconocerle caminando junto a mí, tuvo que recurrir al sonido de una trompeta, en una fría noche del mes de enero que supuso una experiencia preciosa y provocó un cambio definitivo en mi vida. Poder poner mis manos al servicio del Señor es una mezcla preciosa de orgullo y responsabilidad que aleja los antiguos pretextos de que no tengo tiempo, que los estudios me suponen un coste económico… Todo eso queda muy atrás. Es una sensación interna que me llena como ninguna otra y que me dice que estoy donde tengo que estar, haciendo lo que tengo que hacer: acompañarle yo a Él».