Jesús de la Llave: «En cine, el amor necesita un enfoque abierto a la esperanza»

Diócesis de Málaga
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Jesús de la Llave (Valencia,1965) es el presidente del jurado Signis –Asociación Católica Mundial para la Comunicación- que ha premiado a la película «Kamikaze», de Álex Pina, en esta 17 edición del Festival de Málaga Cine Español. Filósofo, pedagogo, teólogo y profesor en la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, De la Llave defiende que la temática del amor, muy presente en esta 17 edición del Festival de Málaga, necesita «un enfoque abierto a la esperanza».

-¿Por qué está presente la Iglesia con el premio Signis en el Festival de Málaga Cine Español?

-La Iglesia tiene que estar presente, no solo en el Festival de Málaga, sino en todas las realidades. Podríamos decir que el mundo es nuestro, Dios nos lo ha dado como heredad, y no debemos abdicar de ninguna realidad social. Creo que el mundo del cine está influyendo mucho en la vida social y en la cultura de los jóvenes, por eso tiene que estar por lo menos presente en la Iglesia. Si pudiera estar, como de hecho empieza a estar ya también, influyendo desde el punto de vista de la creación cinematográfica, mejor que mejor.

-¿El cine es un buen camino para acercar la fe a los jóvenes?

-La idea es esa. La realidad que los jóvenes más entienden es la audiovisual. No podemos quedarnos fuera de esa realidad. Nosotros estamos presentes en el festival también por otra cuestión: rescatar lo bueno que hay del cine español. Porque todo el mundo habla mal del cine español, pero siempre hay cosas buenas, lo que pasa es que luego no llegan a las carteleras. No solo sería interesante que hubiera gente que dirigiera cine español con buenas ideas, sino que también hubiera productores y distribuidores en el mundo católico que sacaran eso que hay de bueno y le dieran luego visibilidad.

-¿El séptimo arte puede alimentar la fe?

-No solo el cine religioso. También el cine que directamente no lo es puede transmitir ideas. Hay un autor muy conocido, Andréi Tarkovski, que decía que cuando hablaba de sí mismo hablaba de todo a todos. Esto quiere decir que en el fondo del corazón humano todos tenemos ese anhelo de felicidad, de lo absoluto, de trascendencia. Eso, si lo transmites en el cine, puede llegar a mucha gente aunque el director no sea católico, ni una persona con fe. Pero en el fondo de su corazón busca lo mismo que buscamos nosotros.

-¿Es necesario el diálogo fe-cultura?

-Muy necesario, cada vez más. Quizá yo creo que ha habido una temporada larga en la que la Iglesia ha estado un poco como ausente, no sé por qué razón. Quizá el origen puede ser la Revolución Francesa, la Ilustración, pero anteriormente la Iglesia estaba presente allá donde se cocía, por así decirlo, la cultura. Y ahora tiene que seguir estando presente. Hay que recuperar ese terreno perdido. La cultura necesita ser inspirada, ser alimentada por la fe.

-¿Qué destacaría de esta edición del Festival de Málaga Cine Español?

-Una cuestión que ha estado muy presente en todas las películas del momento es la relacionada con la vida de pareja. Se hace mucho hincapié en la cuestión de los sentimientos. Pero el amor, aun estando influido por los sentimientos, no es solo sentimientos. El amor también es entrega y dedicación a la otra persona. Los directores de cine son personas que viven en nuestro mundo actual y están percibiendo las historias de muchas parejas fracasadas, de parejas que no funcionan, unas veces por la distancia y otras por egoísmo. En este momento pesimista la realidad que están describiendo es sobre situaciones tristes, influenciadas por la crisis.

-¿Cree que es un reflejo real de la situación actual que atraviesan muchas parejas?

-Es real en cuanto que hay una «epidemia» de esta cuestión, de separaciones, rupturas, etcétera. Pero el cine no lo plantea de un modo esperanzador, sino con una excesiva normalidad, como si no pasara nada. Por eso la influencia puede ser negativa y seguir provocando un mayor número de rupturas y de separaciones.

-¿Sería necesario otro tratamiento del amor en el cine?

-Yo daría un enfoque abierto a la esperanza. Por ejemplo, una de las comedias que hemos visto en el festival, «Amor en su punto», ofrece cierta esperanza cuando habla de la familia.

-¿Podría decir un ejemplo de película que le haya enriquecido espiritualmente?

-Sí. Tengo una película que digamos es mi preferida, «El río de la vida», dirigida por Robert Reford. Habla del paso del tiempo, de las diferentes opciones y de proyectos de vida de cada uno de los seres humanos. También «El hombre sin rostro», de Mel Gibson. No son películas de culto. Pero a mí me han influido, me han hecho pensar.

-A tenor del éxito de películas como la del director Juan Manuel Cotelo, «Tierra de María», ¿podría decirse que hay un auge del cine religioso en España?

-Sería un poco exagerado afirmar eso, aunque es verdad que hay cierto movimiento. Pero, por ejemplo, está el caso de una distribuidora que se dedicaba al cine espiritual y que ha tenido que cerrar. Por otra parte, ha surgido otra productora y distribuidora, European Dreams Factory, que se dedica a la distribución y a la producción. Los inversores, la gente que tiene dinero, tendrían que pensar sobre todo en invertir en la producción de productos cinematográficos o audiovisuales. Porque a través de series de televisión y del cine, se puede influir mucho y muy positivamente en la sociedad. En Italia esto se está llevando más a la práctica. Hay una productora, Lux Vide, que ha hecho las series de Juan XXIII, de Juan Pablo II y de muchísimos santos, como San Felipe Neri. Yo creo que ésa es la idea. No solo necesariamente coger vidas de santos, aunque también. Sería bueno llevar al mundo del cine la vida de personas coherentes, de personas que han llevado una vida ejemplar, y que puedan ser inspiración para la gente joven.

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