Gálvez, más cerca de los altares

Diócesis de Málaga
Diócesis de Málagahttps://www.diocesismalaga.es/
La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Este viernes, 16 de junio de 2017, el Obispo de Málaga, Jesús Catalá, ha presisidido el acto de Clausura de la fase diocesana de la Causa de Beatificación de José Gálvez Ginachero. La ceremonia ha tenido lugar a las 20.00 horas en el Santuario de la Victoria, donde reposan los restos del Siervo de Dios. Numerosos malagueños, autoridades y familiares del Dr. Gálvez han acudido al acto de clausura que ha estado acompañado por el Coro de la Basílica de la Victoria.

Málaga clausura el proceso de beatificación de Gálvez

El acto jurídico de la clausura es también un momento de gracia para la Iglesia Diocesana, ya que se pone de manifiesto ante el pueblo fiel, que aun con las dificultades de la vida y las debilidades propias de nuestra naturaleza caída, el Espíritu Santo provee a quienes confían en su auxilio los recursos necesarios para alcanzar la santidad, a la cual todos estamos llamados.

Al acto, en el que se han firmado, cerrado y lacrado las cajas con todos los documentos recabados para el estudio de la causa, han acudido, además del obispo, Jesús Catalá; el juez delegado, Federico Cortés; el director de la Causa de los Santos, Antonio Eloy Madueño; el promotor de justicia, Francisco Rubio Sopesén; y el postulador de la Causa, Francisco García Villalobos.

«Son fruto de un período de arduo trabajo de investigación, durante el cual han declarado más de 50 testigos y se han examinado más de 3.000 documentos, junto al examen de los escritos del Siervo de Dios por parte de dos censores teólogos nombrados al efecto» afirma el postulador. En este proceso han intervenido personas como Francisco García Mota, postulador de la Causa de 2002 a 2012; Pedro Sánchez Trujillo y José M. Ferrary Ojeda, juez delegado en la Causa de 2006 a 2012. También han actuado Francisco Cervantes y José Luis Huertas. Cumplidas todas las formalidades que establece la normativa canónica, la Diócesis envía este material a la Congregación para la Causa de los Santos en Roma, considerando que Gálvez Ginachero puede ser propuesto como modelo de santidad, a la espera de que Dios obre un milagro por su intercesión que permitirá finalmente su beatificación.

El postulador de la Causa, Francisco García Villalobos nos acerca a la figura de este médico, padre de familia y hombre comprometido con la vida pública, cuya espiritualidad alentaba en él una caridad inagotable que se manifestaba de forma clara en su profesión, a través de la cual defendió siempre a los descartados: no nacidos, mujeres en riesgo de exclusión, marginados y ancianos.

Francisco García Villalobos subraya que «resulta especialmente valioso el hecho de que se proponga a un laico como modelo de virtudes. Aún persiste una cierta tendencia a considerar que sólo la vocación al sacerdocio o a la vida consagrada permite alcanzar la santidad. Antes bien, los laicos comprometidos que durante su vida y de modo heroico, mediante el auxilio de la gracia ejercitan las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza), son un ejemplo especialmente útil en estos tiempos para visibilizar en el mundo la misión de todo cristiano. “No tengamos miedo –nos pide el Papa- a ser santos. Todos estamos llamados a la santidad, que no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en dejar que Dios obre en nuestras vidas con su Espíritu, en confiar en su acción que nos lleva a vivir en la caridad, a realizar todo con alegría y humildad, para mayor gloria de Dios y bien del prójimo”».

¿Por qué en la Victoria?
Al tratarse de un acto administrativo canónico, éste podría celebrarse en un lugar no consagrado. Sin embargo, se ha considerado oportuno realizar la ceremonia en el Santuario de la Victoria, donde desde el año 1993 reposan los restos del Siervo de Dios en una cripta a los pies del altar de la Inmaculada, en la nave lateral izquierda. Allí mismo se celebra el último sábado de cada mes, a las 20.00 horas, una Misa por su alma.

Una vida de servicio
José Gálvez Ginachero nació en Málaga en 1866. Médico ginecólogo, trabajó durante 58 años al servicio de los más pobres y desfavorecidos en el Hospital Civil, en estrecha colaboración con las Hijas de la Caridad, atendiendo con especial cariño a los leprosos. Fue también muchos años Director del Hospital Santa Cristina de Madrid y del Hospital Noble. Como Alcalde de Málaga, destacó por su intensa labor social. Gran devoto de María Auxiliadora, fue cofundador de las Escuelas del Ave María, protector del Asilo de los Ángeles, cooperador salesiano, adorador nocturno, cofrade honorario y bienhechor del Seminario y de los conventos de clausura malagueños. Protegió durante la Guerra Civil a personas de ambos bandos; y a su muerte en 1952, su caridad inagotable había dejado un recuerdo perenne en esta ciudad, que lloró desconsolada su pérdida.

El «secreto» del doctor Gálvez
La Asociación Pro Beatificación, presidida por Mª José García-Morato Gálvez conserva un cuaderno escrito por él, que condensa en frases breves sus pensamientos íntimos acerca de Dios y el hombre, así como sus programas diarios: los objetivos cotidianos que se proponía cada mañana para cumplir rigurosamente. En él se advierte que Gálvez vivía todos y cada uno de sus días “a Dios rogando y con el mazo dando”, alternaba trabajo y estudio con la cercanía a Dios y frecuentando los sacramentos. Visitaba a diario a María Auxiliadora, oía Misa en el Sagrario a primera hora, trabajaba incansablemente en el Hospital Civil, que entonces atendía a personas sin recursos. Más de 150.000 visitas se le acreditaron. Gracias a sus maratonianas jornadas, dejó un inmenso legado social mediante las Escuelas del Ave María, la Obra Salesiana y el Asilo de los Ángeles. En su rigurosa constancia reside el “secreto” de la inmensa obra caritativa que aún hoy Málaga sigue disfrutando.

Lo que me impresiona de «Papabuelo»
Por Miren Larrea, bisnieta del Dr. Gálvez:

Crecí oyendo hablar de mi bisabuelo, José Gálvez Ginachero, Papabuelo en la familia, como un hombre muy cristiano y muy bueno, austero consigo mismo y generoso con los necesitados, estricto con la educación de sus nietas y dadivoso con su tiempo…Pero cuando hace unos diez o doce años, ya abierto su proceso de beatificación, empecé a leer todos los testimonios y escritos sobre él que caían en mis manos, me quede muy impresionada.

Lo que esos documentos traslucían no era la figura de un hombre bueno, sino la figura de un santo! Y ese es el convencimiento que de forma cada vez más firme ha enraizado en mi interior.

Me impresionan de él muchas cosas:

– No solo tiene buenas intenciones y el impulso ocasional de intentar hacer una buena obra, de escuchar y dar palabras de ánimo a quien lo necesita, lo que ya de por si es bueno. Él va más allá al realizar muchas obras buenas, al ayudar de manera real y efectiva, día tras día, año tras año, a las mujeres enfermas y parturientas, a los leprosos, a los niños, ancianos, seminaristas, monjas de clausura y personas de distinta procedencia que acuden a él pidiendo ayuda. Esto, unido a que es muy parco en palabras me hace pensar muchas veces en esas frases del evangelio “Por vuestras obras conocerán que sois mis discípulos” y “Mas en las obras que en las palabras”.

– Supongo que tendrá dudas de vez en cuando, que se cansará, pero no lo parece. Es como un sabio del renacimiento, incansable, hace muchas cosas y en todas ellas busca la excelencia: como médico, como alcalde, como benefactor, como padre de familia. Es como si siempre tiene claro lo que hay que hacer, y no titubea ni busca excusas, ni se cansa con los años, ni se permite descansar o perder el tiempo. Se organiza el día con horario espartano y lo cumple metódicamente siempre, durante años. Parece imposible que tenga tiempo material para hacer todas las cosas que hace, tan variadas y con tantas personas diferentes.

– Y aunque no aparece así explícitamente en ningún sitio, creo que puede deducirse que sus prioridades, a las que siempre fue fiel a lo largo de su vida, están muy claras: Primero Dios y la Iglesia, después su profesión médica y sus enfermas, luego otros necesitados de diversa índole, después su querida ciudad de Málaga, que nunca quiso abandonar, a continuación su familia, y por ultimo él.

– Me impresiona como en los tristes momentos de la guerra civil, que en Málaga fueron especialmente duros, estando el muy identificado con uno de los bandos por ser cristiano y suegro de dos aviadores significados del bando nacional, habiendo estado una de sus hijas presa del bando republicano, y habiendo sido él mismo detenido en los primeros meses, durante la guerra ayuda a personas en peligro de ambos bandos. Y después se presenta voluntariamente en varios Consejos de Guerra para testificar en defensa de republicanos de los que le constaba habían actuado rectamente. No se deja llevar por el sectarismo dominante, ni por la opinión de sus allegados, ni se desentiende de los problemas una vez que se ve él y a su familia fuera de peligro, sino que actúa siempre conforme a su conciencia y a lo que considera justo. Ahora que tanto se habla de memoria histórica, también se podían recuperar testimonios como este, que se dieron en ambos bandos y que intentaron paliar el dolor que causo la guerra.

– También me gusta cómo siendo un hombre de su tiempo en cuanto a tradición familiar, educación y formación, es muy moderno y adelantado no solo en cuanto a técnicas profesionales y conocimiento de idiomas, sino en cuanto a su gusto por el deporte y en su defensa de las mujeres, creando la escuela de matronas, proponiendo la construcción de la maternidad de Santa Cristina y siendo el primer alcalde que elige a una mujer como concejala en Málaga.

– Me atrae su personalidad: trabajador, activo, constante, tenaz, persuasivo, con la palabra siempre justa, pues habla poco, pero cuando hay que hablar no se calla, austero, imponente, con fino sentido del humor, culto, deportista, buscando siempre lo mejor para sus enfermos, para las obras de caridad que realiza, para su querida Málaga…

¡Me habría encantado conocerle!

Ana María Medina

Contenido relacionado

Comentario en texto al Evangelio, por Diego M. Ferrera

El profesor de los Centros Teológicos de Málaga Diego Manuel Ferrera...

La primera viga del tejado de la Catedral añade un nuevo movimiento a la...

En torno a las 13.40 horas de este viernes 12 de...

Catequesis y altas capacidades

NoticiaPodcasts diocesanos ...

Enlaces de interés