Fundación Victoria: 25 años

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

La Fundación Victoria celebra este curso su 25 aniversario. De forma extraordinaria, habrá tres momentos celebrativos especiales: el 28 de noviembre se inaugura este aniversario en el Teatro Cervantes, con la participación de la Orquesta Filarmónica, la Coral Carmina Nova, las escolanías del Corpus Christi y las Chapas y tres solistas, dirigidos por Monseñor Marco Frisina, en lo que será un avance del Oratorio “Passio Christi”. El segundo momento, será los días 27 y 28 de abril, con el estreno mundial de esta obra; una producción que va a reunir a grandes artistas y a las formaciones antes mencionadas, a modo de “regalo” que la Fundación Victoria por estos 25 años. Y un tercer momento, en mayo, con la celebración de un foro de debate y reflexión social. El aniversario se clausurará el 18 de mayo con la celebración del Día de la Fundación y la tradicional cena de familia.

La entidad educativa diocesana cuenta con más de 7.000 alumnos, 700 profesionales de la educación y 30 centros concertados

El cardenal Fernando Sebastián, en su etapa como administrador apostólico de la Diócesis de Málaga, fue el encargado de firmar, hace ahora 25 años, la creación de la Fundación Diocesana de Enseñanza “Santa María de la Victoria”, heredera de la obra educativa centenaria de la Iglesia en Málaga.

Don Fernando, usted fue el que hizo posible de que la obra educativa centenaria de las escuelas diocesanas no se perdiera. ¿Qué recuerda de aquel 1 de noviembre de 1992?
Recuerdo bastante bien aquel momento. Yo llevaba poco más de un año como Administrador Apostólico de la Diócesis. Pero desde el principio me había preocupado por conocer la situación de las “Escuelas Rurales”. Eran una realidad eclesial y evangelizadora importante en la que estaban implicadas muchas personas. Por entonces las leyes del Gobierno comenzaban a marcar pautas y a señalar exigencias. Todo aquello podía quedar comprometido en poco tiempo, era urgente darle consistencia jurídica y asegurar la continuidad de aquel despliegue educativo de la Iglesia, que había hecho tanto bien y que seguía siendo tan valioso.

Y así nació la Fundación Victoria…
Así es. Con la ayuda de Dios se nos ocurrió la idea de la Fundación como titular único de todos los centros que pudieran tener utilidad en el futuro; vender, cambiar, renovar lo que teníamos del mejor modo posible, y de aquel esfuerzo, un poco a tientas, con la ayuda del Señor y de la Virgen María, nació nuestra Fundación actual.

¿Cómo lo ve ahora, con la perspectiva del tiempo transcurrido?
Ahora doy gracias a Dios y a todos los que me ayudaron a encauzar este problema. Al ver el trabajo que se realiza, lo que hacen y lo que pueden seguir haciendo los que forman parte de esta gran familia de la Fundación Victoria, doy gracias a Dios y me alegro enormemente de haber sido su instrumento para impulsar esta gran obra educativa y evangelizadora.

En sus orígenes, y aún entonces, era la respuesta a una carencia educativa incuestionable. ¿Cuál es la necesidad a la que responden ahora estos colegios diocesanos? ¿Dónde reside su actualidad y valor?
Los colegios de la Fundación tienen la misión y el compromiso de todo colegio: tienen que instruir, educar, crear un estilo de persona responsable, diligente, creativa y social. Pero nuestros colegios tienen que hacer todo eso en torno a la fe en Jesucristo. Yo querría que todos los alumnos de la Fundación descubrieran en la persona de Jesús el ideal de su vida, la meta de sus deseos y aspiraciones. Es el mejor servicio que podemos hacer, a las personas, a la Iglesia, y a la sociedad.

¿Cuál es su deseo para el futuro de esta Fundación?
Pido al Señor que bendiga esta labor, y que a todos los que forman parte de ella, los llene de sabiduría y generosidad para seguir ayudando a tantos miles de niños y jóvenes a crecer como personas, cristianos, en estrecha colaboración con sus padres y familiares. De esta forma, seremos beneméritos servidores de la sociedad malagueña y de la Iglesia Católica en esta bendita tierra.

¿Cómo valora Málaga esta labor educativa?
No tengo muchos datos. Pero por lo poco que yo puedo percibir, creo que la Fundación tiene en Málaga una buena reputación y un verdadero reconocimiento por su labor educativa, muy amplia y de mucha calidad.

¿Cuáles son, en su opinión, los principales retos educativos en la actualidad?
Para mí el principal reto es ayudar a los jóvenes a descubrir la persona de Jesús como Modelo y Meta de su vida. Cuando un joven se entrega de verdad a Jesucristo como salvador y Señor de vida, todo lo demás está garantizado. La fe en Jesús es fuente viva de valores y de estímulos para toda la vida. Sin esa fe, las personas, tarde o temprano claudican. No podemos soportar la grandeza de la libertad humana si no nos acompaña la fuerza de Jesús y de su Espíritu. Esta convicción tiene que ser fundamental en todas las personas que colaboran en la acción educativa de la Fundación. Y esa convicción tenemos que trasladarla también a los padres de nuestros alumnos.

Ana María Medina

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