Con motivo de la XXIII Asamblea Diocesana de Cáritas, el sacerdote diocesano Alfonso Fernández-Casamayor Palacio ha concedido una entrevista a Cáritas en la que reflexiona sobre la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, La alegría del Evangelio.
-¿Qué idea aporta esta exhortación que no aporten otros documentos de la Iglesia?
Esta exhortación recoge ideas y planteamientos de papas anteriores, la novedad no está en una idea, está en el estilo con el que el papa presenta su programa pastoral, en el sentido de lo que él quiere que sea su pontificado. Fundamentalmente es lo mismo que él dice y hace; escribe, de una manera concreta, sugerente… Es decir, es una síntesis de los pontificados anteriores y la novedad es la viveza y agudeza con la que presenta al pueblo de Dios, la necesidad de la evangelización y de la renovación de la Iglesia.
-¿Qué interpelación nos hace a los que trabajamos en Cáritas?
Sobre todo que tomemos en consideración el conjunto de la exhortación, no solo una parte. Que comprendamos que la gran tarea de la Iglesia es anunciar a Cristo y que el servicio a los pobres acompaña a este anuncio, porque los pobres necesitan muchas cosas pero, sobre todo, necesitan a Cristo.
-¿Cree que tenemos conciencia en Cáritas de nuestra tarea evangelizadora?
Pienso que sí hay esa conciencia, pero hace falta que sea más viva, más aguda, más dinámica.
-¿Piensa que los cristianos estamos viviendo este momentos histórico desde la alegría?
Yo creo que falta alegría a muchos cristianos, otros muchos si la tienen, pero comparado con la masa enorme de cristianos que existen, falta mucha alegría. El papa tiene razón cuando dice que «hay muchos cristianos con cara de vinagre». Los cristianos tienen que tener cara de personas que nos experimentamos alegres por la fe, porque la fe salva, libera, llena el corazón.
-¿Cree que está devaluado el concepto de caridad frente al de solidaridad en este tiempo?
En muchos sectores de la sociedad sí, se entiende que la caridad es como una cosa secundaria. Desde el punto de vista de la Iglesia, de la doctrina de la Iglesia, la caridad incluye la solidaridad, pero la desborda, porque la caridad, como bien decía Benedicto, es Dios mismo, «Deus caritas est». Dios es caridad, es el amor de Dios hacia nosotros, nuestro amor a Dios y el amor entre los hermanos. La caridad es mucho más que la solidaridad pero, en realidad, la palabra caridad, ha tenido mala prensa históricamente. Hacer caridad ha tenido un sentido peyorativo.
-¿Cuál es el reto para los cristianos de Cáritas en este momento?
Igual que el reto para todos los cristianos: ponernos en estado de misión. El papa quiere que la Iglesia sea como un «hospital de campaña» que cure las heridas de todos los hermanos, de los enfermos, de los pobres, de todos y que anuncie a Cristo. Toda la Iglesia está llamada a ponerse en estado de misión y Cáritas también.
