Fallece la fundadora de las Hermanas del Buen Samaritano

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La fundadora de las Hermanas del Buen Samaritano, Madre Irene García de Prado, falleció el pasado 17 de febrero, a los 89 años, en la Casa Madre de Molina (Chile). Estas religiosas están presentes en Nerja, donde dirigen la residencia del Buen Samaritano, donde estuvo Madre Irene en varias ocasiones.

Su gran lema de vida fue: «No hay alegría más grande que la de servir a los pobres con amor»

La directora de la residencia, la hermana Ema de las Nieves, explica que, la capilla de la residencia acogió una Eucaristía el 20 de febrero a las 12.00 horas, en la que se unieron a la comunidad de religiosas un grupo numeroso de amigos y el personal del centro.

Esta congregación está presente en España en dos comunidades: la residencia de Nerja y una casa en Loja (Granada), en la que trabajan cinco hermanas procedentes de Chile.

Madre Irene estuvo en diversas ocasiones en Málaga, “cuando las hermanas estuvieron desempeñando su labor en la Residencia Buen Samaritano de Churriana”, recuerda la hermana Ema. Además, “la Madre Irene visitó Nerja durante la construcción de la actual residencia, y su última visita a España tuvo lugar con motivo de la inauguración, el 20 de abril de 2012”.

Las hermanas que forman la comunidad de Nerja son seis: Sor Purificación González Jove (superiora); Hna. Sandra Cuero (colombiana); y cuatro hermanas chilenas: Hna. Ema Muñoz (directora de la residencia), Hna. Victorina Franco, Hna. Julia Villarroel y Hna. María Antonia Leiva, “todas hemos tenido la gracia de vivir con nuestra madre fundadora en la Casa Madre de Molina, en Chile”, explica la Hna. Ema.

Madre Irene García de Prado, Fundadora de la Congregación Hermanas del Buen Samaritano

En la ciudad de Molina (Chile), el viernes 17 de febrero a las 12.00 horas, partió a la casa del Padre la Madre Irene García de Prado, a la edad de 89 años, rodeada de sus hijas de la Congregación del Buen Samaritano.

Madre Domnina Irene García de Prado, para los pobres, los abandonados y los enfermos fue sencillamente la Madre Irene, la monjita de Molina, quien recoge a los cientos de caídos en el camino de la vida.

Nace el 05 de noviembre de 1927 en el Burgo Ranero, León, España. Hija de una familia cristiana y numerosa (14 hermanos: 12 mujeres y 2 hombres)

La Madre Irene fue una persona que desde muy niña sólo quería ser “monjita”, se consagró a la vida religiosa muy joven, a los 18 años hizo los primeros votos, a los 23 la profesión perpetua en la Congregación de las Siervas de Jesús.

Estudió enfermería en la Universidad Complutense de Madrid, recibiendo el título de Enfermera. Poco tiempo después fue destinada a Bilbao, al prestigioso Sanatorio Bilbaíno para ser ayudante de cirugía con el famoso Doctor Eusebio García Alonso, además le encargaron la dirección de la clínica y la administración de la misma, cargo que ejerció durante 14 años. Cuando falleció el Doctor García, su sueño era ir a trabajar con la Madre Teresa de Calcuta a la India, pero su destino fue otro. Le dijeron que en América también había pobres, y en 1970 llegó a Chile, en Talca, donde estuvo 7 años.

Aconsejada por Monseñor Carlos González, obispo de Talca, pide la dispensa de sus votos, y deja la Congregación a la que pertenecía y se dedica de lleno a la atención de los enfermos pobres, más pobres.

El 19 de junio de 1978 llegó a Molina con la hermana Eloisa, y luego se une Sor Puri para seguir el mismo llamado de Jesús.

El 17 de diciembre de 1978 el obispo Don Carlos González presenta a las religiosas al pueblo de Molina, a la diócesis y les considera como gestoras de una nueva Congregación en la Santa Madre Iglesia.

Desde que llegaron el 19 de junio a Molina, no han dejado de ver, curar, acoger a los ya miles y miles de ancianos, pobres y enfermos, de toda clase de enfermedades, casi siempre terminales.

A mediados de 2016, debido a su avanzada edad y problemas de salud, la Madre Irene pidió dejar la responsabilidad de Superiora General de la Congregación Hermanas del Buen Samaritano, siendo elegida para éste cargo la Hermana Patricia Ibarra.

Encarni Llamas Fortes

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