Fallece el sacerdote diocesano Alfonso Rosales Trujillo

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Ha fallecido el sacerdote diocesano Alfonso Rosales Trujillo. El velatorio ha tenido lugar en la parroquia Divina Pastora, donde se ha celebrado el funeral. Alfonso Rosales fue párroco de esta iglesia, situada en su barrio natal, donde trabajó incansablemente durante años con cofradías, catequesis y adoración nocturna, entre otros servicios de su apostolado. Reproducimos su semblanza.

El sacerdote D. Alfonso Rosales Trujillo, nació el 3 de Abril de 1927, en el seno de una familia cristiana malagueña, que residía en este tradicional Barrio de Capuchinos. Recibió la ordenación sacerdotal el 21 de Junio de 1953 en la Catedral de Málaga, por el Cardenal D. Ángel Herrera Oria. Su formación inicial viene de manos de los PP. Salesianos, donde incrementará en él su devoción mariana, ya iniciada en el seno de su familia. Ha servido a la Iglesia bajo el lema que nos dejó el Beato Obispo de Málaga y fundador de nuestro querido Seminario: «De balde y con todo lo nuestro».

Inicialmente se le encomendó como sacerdote Adscrito su labor pastoral en la Parroquia de Santiago de Málaga y capellán de la Encarnación. Posteriormente, Encargado de Totalán y Olías, más tarde Encargado de la Caleta de Vélez y el Morche, después Vicario parroquial de Ubrique y Encargado del Bosque y Benamahoma, regresa como Vicario parroquial de Santiago en Málaga, Ecónomo de Olías y Totalán y en 1956 se produce un giro en su vida, pues es enviado a la Misión de Caicara del Orinoco en Venezuela, junto con D. Juan López Albanes, allí con otros sacerdotes malagueños, D. José Pulido, D. José García Rosado, D. Amalio Horrillo, serán los artífices del Seminario de Cumaná. Trabajará como Director Espiritual, trasladando a los seminaristas de esas queridas tierras venezolanas el lema que está grabado en el corazón de todos los sacerdotes malagueños «Pastor bone, fac nos bonos pastores, ponere promptos, animas pro ovibus».

Concluida esa importante tarea pastoral y misional, regresa a Málaga como Ecónomo de la Parroquia de Cortes de la Frontera y Encargado de la Estación, compatibilizando además la tarea docente como Profesor de Religión en el colegio de dicha localidad. Más tarde, Ecónomo de Churriana y el 3 Octubre de 1981toma posesión como Párroco de la Divina Pastora y Sta. Teresa de Jesús de Málaga. El Obispo le encomendará también la Capellanía de la Religiosas Capuchinas de Málaga y Confesor Ordinario en dicho Monasterio.

Un cura malagueño y capuchinero en la comunidad parroquial que es seña de identidad de este castizo barrio de la capital malacitana; podríamos decir como en los pueblos: «un cura pilongo». Son múltiples los testimonios de sus feligreses y hermanos en el sacerdocio sobre la figura y personalidad de D. Alfonso, pero sobre todo quiero subrayar, su eterna «sonrisa», la expresión del hombre sencillo que como pastor de la comunidad había experimentado en su vida que «El Señor es el lote de mi heredad». En su vocabulario no existía la palabra «no», en todo caso un quizás; su lema pastoral siempre ha sido: La humildad y la bondad». Su figura rotunda, recordaba a la del que pronto será canonizado, junto a Juan Pablo II; el llamado Papa Bueno: Juan XXIII.

Pertenecía a esa generación de sacerdotes que no sabían lo que era un día de descanso. Llegar a su despacho era alegrarse porque te encontrabas con el cura bonachón, acogedor, que sabe escuchar más que hablar, y sobre todo enamorado de su ministerio pastoral. Le dolía la gente de su barrio y de su parroquia, le decía siendo seminarista, al que hoy es sacerdote diocesano, Antonio Jesús Sosa, que «aquí estamos para servir a la gente y el que viene a nuestra casa, tenemos que intentar que se vaya contento, pues viene a la casa del Señor»; recordándole además que «antes de ser de un grupo o de una cofradía eres de la parroquia, es en ella donde empezamos a ser Iglesia». Pastor humilde y sencillo, que nos ha enseñado a todos, a querer a la parroquia como lugar de encuentro con Dios y los hermanos. Querido Padre Alfonso, tu que ya estas en la Casa del Padre, ruega a Jesucristo El Buen Pastor, por nuestros curas de Málaga, que no se nos olvide querer y servir al Pueblo de Dios.

Málaga, 10 de marzo de 2014

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